Para explicar la muerte de Lorenzo “Jimi” Altamirano, asesinado el pasado miércoles frente al estadio de Newell’s Old Boys, el fiscal a cargo Matías Edery maneja dos hipótesis: la primera es una interna en la barra brava del club rojinegro que habría desencadenado el secuestro y el episodio violento. La otra, tiene que ver con una millonaria deuda entre miembros de la barra y presos que están alojados en Rawson por causas de narcotráfico. En cualquiera de los dos móviles, la víctima fue elegida al azar.
“Hoy hay una disputa por el control de la barra y la administración de sus negocios ilícitos. Además, hay una deuda millonaria entre Leandro Vinardi, Nicolás Avalle, Damián Escobar y ´Dibu´ Gómez con dos presos federales que están en Rawson, que son Leandro Vilches y Eric Masini”, sostuvo Edery.
La deuda por medio millón de dólares sería consecuencia de la pérdida de un cargamento de droga que Masini y Vilches habrían encargado a integrantes de la barrabrava del club del Parque. En ese sentido, el fiscal aseveró: “La barra de Newell’s tiene vinculación con Los Monos y con una serie de delitos vinculados a extorsiones y narcotráfico. “Guille” Cantero determina quién es el jefe. Actualmente, delega en tres personas que están presas”.
¿QUé vínculos tenía Altamirano con la barrabrava de Newell’s y los narcos implicados?
Además, aclaró que Altamirano era totalmente ajeno a cualquier disputa, ya que ni siquiera tenía vínculos con el club: “Hay una confirmación de que Lorenzo no tenía nada que ver con el delito ni con organizaciones. Era un artista callejero. Acompañó a un amigo hasta Oroño y 27 de Febrero y volvió caminando por 27 hacia su casa, que estaba por Lima”.
En ese marco, la investigación tiene como objetivo determinar si “Jimi” conocía a alguno de los integrantes del Renault Sandero que lo secuestró para asesinarlo posteriormente, y para eso, esperan resultados de la autopsia, que dará indicios de posible violencia a la hora de ingresarlo al vehículo. Sumado a esto, fiscalía solicita a la población que haya atestiguado el hecho que se presente a brindar datos tanto por redes sociales del MPA como personalmente en el Centro de Justicia Penal, con el fin de recabar datos para esclarecer el crimen.
“Es gravísimo el hecho. Nos causa preocupación. Vemos que es un límite que no se había cruzado. Siempre, en criminalidad, era entre personas que asumen el riesgo por pertenecer a círculos de violencia o a grupos organizados. Pero en este caso no tenía nada que ver. Era una persona muy querida. Esta es una situación muy preocupante. Además, usarlo para dejar un mensaje muestra el desprecio por la vida humana”, cerró el fiscal.