Tras el crimen del taxista Mario Esusy, de Alberto Vera cuando tomaba mate y de María Soledad Sotelo cuando pintaba la casa de su padre, el fiscal de Homicidios Dolosos Adrián Spelta lamentó que en el 80 por ciento de los casos no se atrapa al agresor porque lleva casco puesto.
La historia se repite una y otra vez: personas armadas abren fuego desde una motocicleta y acaban con la vida de personas que se encuentran en el interior de su vivienda o en la vereda.
Ante la reiteración de casos, Spelta explicó que prácticamente la mitad de los crímenes que se registran en la ciudad son con esta modalidad. "En casi el 80 por ciento de los casos en donde no pudimos identificar al autor, son aquellos que circulan en moto y casco", añadió.
En las últimas horas, se registró en la ciudad el crimen de Esusy que recibió un tiro en el pecho por parte de delincuentes que circulaban en una moto al no poder robarlo.
También falleció Vera cuando tomaba mate con un vecino en la puerta de su casa de zona suroeste. Le dispararon en la cabeza, el abdomen y una pierna.
El último crimen fue el de Sotelo, una joven de 32 años que discutió en barrio San Francisquito con motociclistas porque realizaban maniobras peligrosas y casi atropellan a su hija. Uno de los sujetos volvió con un arma de fuego, gatilló y la bala impactó en su cabeza.
El fiscal advirtió que esto ocurre porque no se valora la vida y explicó que en muchos casos los delincuentes condenados y apresados son reemplazados en su actividad criminal por familiares. "Tenemos que evitar que esto pase de generación en generación, de hermano a hermano", sostuvo.