El último viernes, un patrullero sorprendió el descanso de una familia en Grandoli y Laguna. La camioneta, en plena persecución a un grupo de delincuentes, terminó derribando la pared de una vivienda y de milagro no mató a nadie.
Si bien los moradores de la casa hicieron público el pedido a la Provincia para que solvente los gastos para levantar el muro y reponga muchos de los bienes dañados tras el siniestro, denunciaron no haber tenido repuesta alguna.
Lo cierto es que frente a la inacción estatal, fueron los propios vecinos de los afectados quienes pusieron manos a la obra, y en apenas 4 días repusieron la pared.
Toda una muestra de solidaridad que la familia víctima del choque agradeció.
En el momento en que ocurrió el choque, un hombre se encontraba durmiendo en la cama con su beba en brazos. Al escuchar la frenada, atinó a levantarse y al instante se encontró con la camioneta pegada a su lado. De hecho los escombros cayeron justo donde tenía apoyada la cabeza.