Los trabajadores suspendidos en General Motors (GM) marcharán este viernes hacia la sede de Smata en rechazo al acuerdo firmado por el gremio y la empresa. Niegan que la automotriz esté pasando por una crisis y aseguran que se trata de despidos encubiertos.
Este jueves se realizó una multitudinaria asamblea encabezada por los 350 trabajadores suspendidos de GM, pero que contó con el apoyo de concejales, sindicatos, organismos de derechos humanos y hasta colegas de la filial brasileña de la firma.
Allí se resolvió por unanimidad continuar con la medida de fuerza llevada adelante por los obreros que rechazan el acuerdo de suspensión por nueve meses. "Encubiertamente se trata de un despido porque se estipula que la empresa puede desvincularse de los compañeros a partir de diciembre", aclaró el abogado que los patrocina, Sebastián Sancevich.
El letrado rechazó el argumento de GM que habla de una caída de la producción. "Se dejó de fabricar el Classic pero se pasó a producir el Cruze, y quienes siguieron trabajando lo están haciendo con horas extras, por lo que no se bajó la producción", argumentó.
Por otro lado, Sancevich aseveró que la empresa no respetó los protocolos de suspensión. "Deberían haber empezado por quienes tienen menos antigüedad y menor carga familiar, pero acá vemos que se suspendió a gente con más de 20 años de trabajo, que sufrió lesiones por realizar multitareas o tiene mucha carga familiar", denunció.
Es por eso que consideró que GM aprovechó el contexto crítico para intentar "sacarse de encima a los trabajadores con lesiones o alta carga", apuntó.
"Hay unanimidad en rechazar el acta acuerdo firmado por Smata con la empresa, y por eso este viernes iremos al gremio a pedirle que den de baja este convenio que no representa a nadie", cerró.