Tanto la Secretaría de Control y Convivencia de Rosario, como el Ministerio de Seguridad de la provincia, participaban este viernes en la coordinación de las tareas de prevención en el marco del banderazo de estudiantes secundarios que comenzó en la madrugada y copó de jóvenes el centro. Fueron secuestradas botellas de vodka, cajas de vino y bombas de estruendo.
Uno de los epicentros de los festejos era el bulevar Oroño, que en su cantero central concentraba tanto a alumnos de cuarto, celebrando el paso al último año. La modalidad se repetía, chicos que reunieron el jueves por la noche y decidieron pasar la noche en vela para ganar la calle en la mañana, acercarse a los colegios, no ingresar a clases y luego encontrarse todos en el Monumento a la Bandera.
El ritual, como también ya es habitual, no estuvo exento de críticas. No faltaron quienes manifestaron no haber podido dormir correctamente por los gritos de los jóvenes. No obstante, en la previa de los festejos la Intendencia hizo público el plan de control para evitar desmanes, desalentar la ingesta de alcohol y el uso de pirotecnia.
De hecho agentes de la Guardia Urbana eran los encargados de inspeccionar las mochilas de los chicos para evitar que trasladen bebidas alcohólicas. Así fue que secuestraron botellas de vodka, cajas de vino y bombas de estruendo. Además, una joven de 16 años resultó lesionada en una pierna por la pirotecnia y debió ser asistida en un centro de salud privado.
"Este festejo tiene la particularidad que abarca a casi todos los colegios de la ciudad, con lo cual la demanda para el Estado es significativa porque hay que cubrir toda la ciudad", dijo la directora de la GUM, Fabiana Bergia.
En la semana previa, los efectivos de la GUM recorrieron cursos de 27 escuelas que promueven dichos festejos, para conversar con los jóvenes acerca de la prohibición de la venta de alcohol para menores de edad, así como el cuidado y respeto a las normas que regulan el espacio público.
Además, los agentes brindaron información sobre las normativas vigentes a los directivos de las instituciones visitadas, comprometiendo a los mismos a reforzar la tarea con charlas y talleres sobre temáticas de responsabilidad ciudadana y convivencia en los espacios públicos.
