Una empresa de telefonía celular quiso instalar una antena en barrio Tango sin pedir ningún permiso al municipio. Cuando los vecinos alertaron a las autoridades sobre la situación los intimidaron, y pese a la faja de clausura, continuaron con los trabajos.
La obra comenzó hace un mes en Pugliese y Canals y despertó sospechas en los vecinos por la profundidad del pozo que se estaba realizando. Al consultar al capataz, éste siempre respondió con evasivas y se limitó a decir que allí colocarían un transformador.
Según contó Simón, un habitante del barrio a Radio 2, los trabajos se estaban haciendo sin colocar ningún tipo de protección para los transeúntes. Ante esta situación y la certeza de que el capataz les ocultaba algo, llamaron a la GUM y a Control Urbano.
Tras interiorizarse en el tema descubrieron que el 16 de febrero, es decir bastante después de que vieran obreros trabajando, ingresó un pedido al municipio para la instalación de una antena de celulares.
"Si bien la empresa que lo solicita es Movistar, se sabe que después hacen acuerdos con las otras firmas para compartir la infraestructura", explicó Simón. Como las actividades habían iniciado sin estar aprobadas, este martes se clausuró la obra y se colocó una faja.
Sin embargo los obreros volvieron este miércoles y se pusieron a trabajar a un costado. "Volvimos a llamar a la GUM y mientras los desalojaban, nos filmaban a los vecinos, a modo de intimidación", dijo.
La situación motivó la intervención del concejal de Cambiemos Gabriel Chumpitaz, quien realizó un pedido de informes al Ejecutivo al respecto.
