Dos hombres fueron detenidos en el marco de la causa que investiga la colocación de pescadores en una sucursal del Banco Macro en zona norte. Se los acusará por hurto y estafa. Un cómplice se encuentra prófugo.
Tras las denuncias realizadas por una clienta que utilizó uno de los cajeros de la entidad bancaria ubicada en Superí al 600 en febrero, se inició una pesquisa para dar con los autores.
La policía de Investigaciones (PDI) analizaron las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la entidad financiera y pudieron establecer las identidades luego de implementar una serie de medidas en el tráfico de antenas de la zona norte. Se trataba de tres los delincuentes, procedentes de Mar del Plata, La Reja y Moreno, de la provincia de Buenos Aires, sindicados por 32 hechos en diferentes lugares del país.
Con los datos recabados, se hicieron allanamientos en el partido de Moreno, y apresaron en una vivienda de Joaquín V. González al 2300 a Fernando L., de 38 años, a quien se le sumaba un pedido de captura del juzgado bonaerense de Mercedes por otra docena de estafas similares.
En el segundo operativo, los uniformados irrumpieron en una casa de Rodríguez Peña al 3400 de Mar del Plata y detuvieron a Manuel A., de 35 años. Al tercero de los estafadores lo allanaron en su vivienda del Gran Buenos Aires, pero sigue prófugo de la Justicia.
En el segundo operativo, los uniformados irrumpieron en una casa de Rodríguez Peña al 3400 de Mar del Plata y detuvieron a Manuel A., de 35 años. Al tercero de los estafadores lo allanaron en su vivienda del Gran Buenos Aires, pero sigue prófugo de la Justicia.
El ardid de los delincuentes
Los delincuentes colocaban un artefacto en el cajero para que la tarjeta de débito quedara trabada. El estafador esperaba en los alrededores a que el cliente ingresara para hacer una operación y simula ser un cliente casual que le ofrecía ayuda para solucionar el problema.
El defraudador se ofrecía a llamar con su celular a la red de cajeros Banelco o Link y en realidad del otro lado de la línea estaba el segundo integrante de la banda, quien simulaba estar encargado de la operación de reintegro de la tarjeta.
Así se apoderaba de todos los datos personales y aseguraba a la víctima que su tarjeta había sido inhabilitada. Ahí entraba el tercer delincuente, que se encargaba de retirar el dispositivo.
De esta manera retiraban todo el dinero de la caja de ahorro, solicitaban préstamos y hacían transferencias, llegando a sustraerle a una persona 25 mil pesos.