El defensor de Francisco Rafael Lapiana, un cazador de talentos futbolísticos, pidió su absolución en el juicio que enfrentan "Los Monos" en el que está acusado de invertir en jugadores con dinero de origen ilícito proveniente de esta organización narcocriminal.
El representante quedó implicado en la causa por escuchas telefónicas en las que habla con Ramón Ezequiel Machuca, cabecillas de la banda. El juez de instrucción Juan Carlos Vienna lo imputó como "lavador de dinero producido por la asociación ilícita investigada, en la compra y venta de jugadores de fútbol".
"Es insólito, la acusación no tiene ni pies ni cabezas", dijo el abogado Fausto Yrure, quien al estar en libertad no asiste a las audiencias del juicio oral.
El defensor pidió la absolución de su cliente, que tuvo el pase del ahora delantero del Atlético de Madrid Ángel Correa, por falta de pruebas y recordó que "hace treinta años que se dedica a representar jugadores".
Además, sostuvo este jueves en su alegato final que "no se trajo ninguna documentación sobre constancia de contratos o pases de jugadores".
"No hay documentos de nada, no apareció el nombre de ningún jugador. El único es Correa, que lo vendió San Lorenzo al Atlético de Madrid sin ningún inconveniente", abundó Yrure en su exposición.
El abogado manifestó que su cliente "no cometió ningún delito" por lo que pidió su absolución, la nulidad de las escuchas que lo llevaron a juicio y, subsidiariamente, "la aplicación del mínimo de la pena" en caso de ser condenado por el Tribunal.
Los fiscales Gonzalo Fernández Bussy y Luis Schiappa Pietra pidieron seis años de prisión para el acusado en sus alegatos de clausura, al considerarlo parte de una asociación ilícita con el rol de "testaferro".
La relación con Ángel Correa
En su declaración durante la instrucción de la causa, Lapiana reconoció que tuvo el ciento por ciento de los derechos federativos de Correa -criado en el barrio donde aperaban "Los Monos"-, a cambio de dos mil pesos que le daba mensualmente a la madre, además de "cajones de verdura y pollo" para mantener a sus otros ocho hijos.
El representante explicó en su descargo que ese porcentaje que tenía "al vender al jugador a un club de primera resulta en un veinte por ciento" y contó que en 2007 sacó a Correa de River Plate y dos años después renovó el contrato con Marcela, la madre, aunque no aparece en el documento porque no es representante, por lo tanto no puede "actuar ante FIFA y firmó una abogada".
Además, refirió haber extraviado ese contrato y declaró que finalmente llevó al jugador a San Lorenzo con la promesa de que le entregarán el cincuenta por ciento aunque "al final se arregló por el cuarenta por ciento".
Correa fue ofrecido como testigo en el juicio por las defensas, pero su declaración no se produjo por inconvenientes técnicos para hacerlo por videoconferencia desde la embajada argentina en Madrid.