El 25 de julio la maternidad del Hospital Roque Sáenz Peña recibió a la primera bebé por parto respetado y desde ese momento un centenar de mamás optaron por esta manera de traer a sus hijos al mundo. Se trata de prácticas que ya comienzan a demostrar importantes cambios, como una sensible baja en la cantidad de cesáreas y un fuerte respeto al apego inmediato entre la madre y el bebé mediante el contacto piel a piel.
Según las estadísticas aportadas por la flamante Área de Atención Integral de la Mujer del hospital, sólo 18 partos se realizaron mediante cesáreas, bajando significativamente el número de dicha práctica con un índice de los más bajos en el sistema de salud. Además, todas las mujeres que debieron ingresar al quirófano para esta intervención fueron acompañadas por un familiar y luego del parto los padres pudieron permanecer en la sala de neonatología acompañando a sus bebés con ingreso irrestricto.
Otro cambio significativo que se introdujo tiene que ver con favorecer el apego inmediato a través del contacto piel a piel entre la madre y el bebé. Así, se pone inmediatamente al bebé en contacto piel a piel con su mamá, unidos por el cordón, esperando los tiempos necesarios para realizar la ligadura. Además, los profesionales demoran alrededor de dos horas todas las prácticas rutinarias que se realizan al momento del parto, como las mediciones de talla, peso, la vacunación, entre otros, para respetar el íntimo momento del contacto piel a piel. Dichas prácticas favorecen la transición cardiorrespiratoria, el neurodesarrollo, la regulación de la temperatura, previenen la muerte súbita y fomentan la lactancia materna.
"Con estos 100 nuevos niños decimos nuevamente que en Rosario nacer es cosa seria; implica el respeto de celebrar la vida con un nuevo concepto en relación al parto humanizado y a las prácticas centradas en la noción de familia, y con la mujer con un rol decididamente protagónico", sostuvo la intendenta Mónica Fein.
"Fuimos pioneros y seguimos siéndolo porque cambiamos el paradigma para nacer, y lo hicimos desde el Estado, porque tenemos la convicción de que garantizamos el derecho fundamental de nacer en las mejores condiciones; en igualdad; con un profundo respeto por las mujeres; por las familias y fundamentalmente por el bebé", concluyó.