La tormenta del último martes en Rosario dejó consecuencias inesperadas al margen de los cortes de luz y las inundaciones temporales. De hecho, los anegamientos parecen ser el factor por el que una tortuga fue atropellada por un auto en el centro de la ciudad y quedó en peligro a pesar de que ya recibió asistencia.
"Había sido pisada por un auto y llegó en muy malas condiciones. Es una pena porque es un ejemplar, joven, precioso, enorme", se lamentó Diana Bonifacio como el último eslabón de la cadena de veterinarios que se armó tras el rescate del reptil. A la espera de las primeras 48 horas para estabilizarla, advirtió que es preciso "devolverla al agua" de momento es imposible debido que "le falta un pedazo de caparazón".
La ex titular del Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa) quedó a cargo de suministrarle suero y medicación a la que habitualmente se conoce como tortuga de laguna. Al respecto destacó que la Phrynops hilarii es una "especie muy fuerte", pero su rehabilitación es compleja. En ese sentido, anticipó: "Veremos de restablecer las placas se han hundido. Si eso se puede hacer quirúrgicamente, podemos hacer un buen equipo para salvarla".
Sobre las posibles causas del accidente, Bonifacio se mostró convencida de que alguien la tenía bajo su cuidado y se escapó. Al respecto consideró "imposible" que pudiera haberse ido del lago del Parque de la Independencia. "Sería extraordinario que todos reconozcamos el daño que les hacemos cuando las queremos transformar en mascotas", reclamó.