Si bien la alarma por la bajante en el río Paraná está activada en todo el Litoral argentino con niveles históricos, la dificultades también parecen alcanzar a los afluentes del segundo curso de agua más largo de Sudamérica.
Las imágenes que ilustran esta nota corresponden a este lunes y exponen la falta de agua en el arroyo Ludueña, que corre entubado para atravesar gran parte de la zona norte de Rosario pero que queda al descubiertos unos 500 metros antes de desembocar en el Paraná.
Embarcaciones atascadas en el barro y una corrientes casi nula es el panorama que cualquier rosarino puede advertir con solo acercarse a la orilla. El fenómeno responde a las escasas lluvias en la cuenca del arroyo, que nace en el centro-sur de la provincia de Santa Fe.
Las postales del Ludueña, no distan de demasiado que se observa en algunos de los canales secundarios del río Paraná, que está sufriendo una bajante muy pronunciada que se detecta en todos los puertos aguas arriba de Rosario. El pronóstico para los días que vienen no es para nada alentador.