Después de una semana complicada por la clausura preventiva que finalmente fue revocada para abrir el Gigante de Arroyito, Rosario Central se solidarizó este domingo con la familia de Carlos Damián Orellano y abrió las puertas del estadio para pedir justicia por la muerte del joven fallecido días atrás.
Antes del inicio del partido con Arsenal por la penúltima fecha de la Superliga, los padres del muchacho de 23 años ingresaron al campo de juego junto a otros parientes y se llevaron una lluvia de aplausos. Como muestra de apoyo, los hinchas lo recordaron por su apodo y cantaron: "Se siente, 'Bocacha' está presente".
Más temprano, el mismísimo Ángel Di María se había sumado al reclamo por el esclarecimiento del caso, quien el último domingo fue a bailar con sus amigos a Ming River House y nunca regresó a su casa. Tres días después, el cadáver de la víctima emergió en el río Paraná frente al boliche vecino a la Estación Fluvial.
Además de socio, Orellano era fanático de la Academia y las camisetas auriazules fueron mayoría el jueves en la marcha para protestar contra la policía y los encargados de la disco de la costanera. En vísperas del encuentro, tanto los jugadores canallas como sus adversarios se unieron en un minuto de silencio como otra muestra de respeto y solidaridad con su familia.
