La novela del regreso de Pablo Pérez a Newell's tuvo su penúltimo capítulo este jueves, cuando el futbolista pasó de estar con un pie en el Parque a quedarse en Avellaneda. Finalmente hubo un entendimiento y este jueves todo estaría allanado para que se convierta en refuerzo leproso.
Lo que se arregla de palabra no siempre se traslada a los papeles, y eso fue lo que le pasó al representante de PP8, Carlos Bilicich, a la hora de acordar la desvinculación con Independiente. El Rojo no respetaba las formas de pago de la abultada deuda cercana al millón de dólares con el futbolista, y de este modo no se iba a hacer la rescisión.
Por la tarde las partes volvieron a reunirse, esta vez con la presencia del futbolista. Entonces se llegó a un punto intermedio, en el que el volante cedió en los tiempos del plan de pagos y los directivos dieron mayores garantías. Finalmente se acordó la rescisión del contrato, pero para oficializarlo se pidió a la Superliga que de garantía del cobro de deuda.
Es decir que el organismo deberá descontarle directamente al club el dinero para transferirlo al jugador. Este trámite se postergó para el jueves (la AFA le dio un día más a Newell's para negociar), y una vez firmado, Pérez podrá rubricar su vínculo con Newell's, el cual ya se acordó en monto y plazos (18 meses).
Es por eso que de no mediar nuevos imponderables, siempre factibles de aparecer, antes del fin de semana Frank Kudelka podría contar con el refuerzo que tanto pidió.