Indignante, repudiable, lamentable. Resulta increíble creer que un grupo de adolescentes hayan sido los protagonistas de un nuevo caso de crueldad animal, de los que últimamente se vienen repitiendo con más frecuencia en Río Primero y denunciados por los voluntarios de Mi Refugio.
Esta vez ocurrió en el sector suroeste de la localidad, en inmediaciones al campo de la familia Maurino, donde los vecinos dieron aviso a los bomberos al percatarse del fuego, pero jamás imaginaron el cuadro con el que se encontraron.
Un perro, desesperado, trataba de apagar las llamas de su cuerpo que había sido rociado con combustible, y por la gran sequía de los pastizales, estos comenzaron a arder, generándose un incendio que afectó unas tres hectáreas de campo.
La propietaria del campo, mostró su indignación en las redes y pidió que las autoridades municipales tomen cartas en el asunto, ya que el sector se ha convertido en un nuevo basural, donde los mismos vecinos arrojan todo tipo de basura.
Carina Grubisih no logró ser atendida por la intendente Cristina Cravero, pero hizo su reclamo ante otra funcionaria, reclamando y exigiendo la limpieza del lugar, denunciando que en ese sector "he encontrado de todo", lo que constituye un gran peligro para toda la población.
La mujer se mostró indignada ante la escena que les tocó presenciar: "Fue de una maldad indescriptible, tratamos de salvarlo pero fue imposible… Cómo es posible que un grupo de chicos encuentren diversión haciendo algo así?", se preguntó.
Además de las pérdidas materiales, de no haber actuado rápidamente los bomberos, las llamas podrían haber puesto en riesgo la vivienda de los propietarios del campo, pero "¿qué hubiese pasado si el viento cambiaba y llevaba el fuego hacia las casas del pueblo? Acá ocurrió algo gravísimo, por eso exijo a las autoridades soluciones urgentes", declaró la mujer.