Ocurrió el viernes 24 de enero cuando un turista de Santa Fe capital, realizó la visita nocturna al Museo del Gran Hotel Viena de Miramar de Ansenuza. El hombre, vacaciona en la localidad con regularidad, y esta vez vino acompañado de su mamá, su esposa, su hija, sus sobrinos mellizos y su hermana, con quienes realizaron la visita al Viena, ya que su su hermana no lo conocía. A ella pertenece el celular con cámara térmica con el que se tomaron las fotografías.
Apasionado por la historia del nazismo, la fuga de Hitler, la segunda guerra mundial, reconoce que el Hotel Viena esconde misterios al respecto. "Sobre lo paranormal no investigo mucho pero sé que hay mucha actividad paranormal en el lugar, pero soy medio incrédulo. Creo que hay algo que se puede representar en energías, pero nada más que eso", aseguró el turista en diálogo con Vía Río Primero.
Guillermo Rippa es fotógrafo, y comenzó a tomar las imágenes desde distintos ángulos y perspectivas cuando ya terminaban el recorrido, habiendo quedado al último del contingente. "Abajo vimos cosas raras con las guías del Hotel y mi hermana, por eso les pregunté si querían que subiera a sacar más fotos, a lo que me respondieron ´si te animás...´, y subí incrédulo", relata el hombre todavía sin terminar de entender lo sucedido.
Guillermo realizó distintas tomas del pasillo y de la habitación 106: "Iba con incredulidad pero tratando de ver si no sentía algo". En un momento, sintió un dolor en cuadríceps derecho cuando terminó de subir la escalera, atribuyéndolo a los nervios internos y a tensión que quizás llevaba. Lo más asombroso, es que sin haberse golpeado, a los días, le aparecieron dos hematomas. "Fue como si fuera una paralítica lo que sentí, un calambre fuerte fuerte", describió.
Terminado el recorrido, miró las fotos junto a su hermana y las guías del Hotel. "Bajé tan incrédulo como subí, pero siempre respetando el lugar", confirmó Guillermo, pero cuando comienzan a mirar las fotos "se me puso la piel de gallina. Hay dos fotos que son muy claras, sobre todo la de la cara", expresó.
"Me impresionó, la miro dos o tres veces por día buscándole la parte realista pero la imagen es muy nítida; y recuerdo el momento en el que la saqué y adelante no había nada, por eso me pone la piel de gallina recordar el momento", compartió el fotógrafo.
Convencido de que volvería al Viena, Guillermo sostiene que "es creer o reventar, y sé que muchos van a decir que son retoques de la cámara. Yo sé que estuve ahí y lo que pasó. Voy a volver pero con un poco más de esceptisismo", reconoció.
"Yo no quiero convencer a nadie, pero lo de las fotos está registrado y es creer o reventar. Yo creo", cerró el turista santafesino.