Una situación desesperante se vivió en la escuela San Martín, de la localidad cordobesa de Sampacho, cuando un nene se ahogó con un caramento en medio de la clase. El pequeño no podía respirar y fue asistido por un docente y luego, un policía terminó las maniobras de RCP.
Estaban en plena clase de Educación Física, cuando un alumno de 11 años ingirió una golosina y se ahogó. Con dificultad para respirar, el menor due asistido por el profesor de la asignatura que le aplicó las primeras maniobras.
En paralelo, las demás autoridades llamaron a la Policía, y fue un agente el que actuó rápidamente y le practicó las maniobras de Heimlich, desobstruyendo las vías aéreas del pequeño.
La directora de la escuela, Marcela Bressan, explicó que el primero en iniciar las maniobras de reanimación fue el profesor de Educación Física y que, tras la llegada del efectivo policial que colaboró en la asistencia, fue el personal de salud local quien terminó de efectuar las maniobras para que el menor finalmente se repusiera.
Posteriormente, el niño fue trasladado a un hospital local para la correspondiente asistencia médica.
