La propietaria de la fiambrería "El Bocadito" (Av. Lavalle al 1200), Patricia Hruza, dialogó Radio Facundo Quiroga para desmentir la información, que se viralizó por redes sociales, donde la acusaban de haber asistido a su negocio durante 2 semanas enferma y con síntomas del COVID-19, pero que no fue sino hasta el martes 23 de marzo que se había analizado para saber si tenía coronavirus o no, lo cual provocó pánico y repudio por parte de los vecinos.
“Me da pena y bronca que existan personas que se prestan a esto en una situación tan vulnerable como la que estamos pasando todos”, manifestó. Aparte, la propietaria de la fiambrería explicó que se informó sobre cómo actuar ante esta situación e hizo la denuncia correspondiente. “Me acerqué a la policía y les comenté sobre mi caso”, indicó y señaló: “El oficial me dijo que esto era grave, algo penal”.
En este caso, en su artículo 211, el Código Penal Argentino define que “Será reprimido con prisión de dos a seis años, el que, para infundir un temor público o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere voces de alarma, amenazare con la comisión de un delito de peligro común, o empleare otros medios materiales normalmente idóneos para producir tales efectos. Cuando para ello se empleare explosivos, agresivos químicos o materias afines, siempre que el hecho no constituya delito contra la seguridad pública, la pena será de prisión de tres a diez años”.