El reconocido local gastronómico – cultural "La Vaca Atada" fue escenario de una historia conmovedora. Una abuela entró al local para pedir sobras de comida, alegando que sus tres nietos no se habían alimentado en todo el dia. El propietario del comedor, Coqui Di Raddo reconoció que al verla entrar, notó "los ojos cansados de esta mujer y por eso no dudé en juntarle unas cositas, como empandas y porciones de pizza que teníamos a mano".
De acuerdo a lo que comentó en una entrevista con Radio Facundo Quiroga, la situación tomó un cariz dramático cuando su hijo, quien estaba escuchando la conversación, le dijo: "Hoy hace frío y nos quedó un par de platos de guiso del mediodía. Se lo caliento y lo envuelvo en una bandeja para que pueda llevarlo".
La mujer estalló en llanto y entre sollozos les confesó que los 3 nietos que tiene a cargo son muy pequeños, a punto que el menor recién alcanza los 10 meses de vida. “Yo les quiero dar un ejemplo de trabajo y salgo con ellos a pedir changas, pequeños trabajos que me permitan ganar unos pesos y así comprarles comida. Pero hoy no conseguí nada”. Di Raddo comentó que sentía que cada vez era mayor el nudo que sentía en la garganta mientras la seguía escuchando. “Mi hija y su marido son jóvenes y cayeron en las drogas, por eso los tienen abandonados a estos chiquitos. Cómo no voy a salir a trabajar por mis nietos”, expresó la conmovida mujer.
Al recibir el paquete con el guiso recién recalentado, la mujer volvió a llorar y a agradecer porque "al fin tendrán algo calentito en la panza mis chiquitos". Se dio media vuelta y se perdió en la noche de Resistencia. Tras ser difundido el relato del empresario, la historia se viralizó, conmoviendo a la comunidad.