Durante el mes de septiembre en el Golfo Nuevo, provincia de Chubut, se equiparon 23 ballenas francas con dispositivos satelitales que ya comenzaron a transmitir posiciones. Los datos en tiempo real permitirán durante los próximos meses monitorear en detalle sus viajes por el Atlántico Sudoccidental.
Este estudio que se inició en 2014, tiene por objetivo conocer las rutas migratorias y áreas de alimentación de las ballenas francas australes que reproducen en los golfos norpatagónicos.
Utilizando transmisores satelitales de última generación, se puede conocer la localización en el mar de cada individuo, con una frecuencia de varias posiciones al día. El análisis de estos datos, asociados a variables oceanográficas, y permite saber el modo en que utilizan los diversos ambientes marinos, si se trasladan o se están alimentando. Transcurridos algunos meses los dispositivos se desprenden sin haber afectado la salud ni el comportamiento de los individuos portadores.
Conocer lo que hacen las ballenas en sus viajes oceánicos aporta información valiosa para su conservación, porque permite localizar los ambientes claves para su ciclo de vida. Además, genera información relevante para sustentar la importancia de las áreas marinas protegidas y para elaborar recomendaciones de regulación de actividades humanas (pesqueras, petroleras y de transporte naviero) con potencial impacto sobre los grandes mamíferos marinos.
Aún queda mucho por descubrir sobre las ballenas francas de Patagonia, por eso la información generada a partir de este proyecto es extraordinaria y de enorme utilidad en el ámbito local y regional. Los resultados de años anteriores, los obtenidos del seguimiento satelital en esta temporada y en el futuro, serán clave para el manejo y conservación de esta especie emblemática.