Evelio “Yiyo” Ramallo se ha convertido en el criminal más famoso y peligroso de Rafaela. La Justicia determinó que él (que ya cumple una condena de 23 años) y otros 10 integrantes de su banda, queden presos preventivamente por formar parte de una asociación ilícita.
A continuación, los nombres de quienes la integraban, según la acusación de la fiscal Gabriela Lema, acompañada por sus colegas Nicolás Stegmayer y Fabiana Bertero:
- Natalí Ramallo la hermana de “Yiyo”, era la “organizadora, actuando como intermediaria entre los proveedores de recursos materiales para la organización y los estamentos inferiores, recibiendo dinero producto de la actividad de la asociación y adquiriendo bienes para su funcionamiento”.
- Evangelina Juana Flores, la madre de “Yiyo” también era organizadora, según el MPA y era el nexo directo entre el líder y el resto de los organizadores. Otra organizadora era la pareja de Evelio, Evangelina Flores. Ella se encargaba de manejar el dinero y era quien determinaba los “objetivos de los hechos violentos cometidos por otros de los miembros de la organización y obrando como nexo con Evelio Horacio Ramallo”
- Tamara Alejandra San Lorenzo, alias “La Gringa Jara”, quien hoy es buscada intensamente en todo el país, era quien organizaba la logística: le daba alojamiento a quienes no eran de la ciudad, los proveía de armas y vehículos y recolectaba las ganancias y pagaba los gastos de la asociación ilícita. .
- En calidad de miembros estaban Mauro Ezequiel Díaz (coordinaba desde Piñero los recursos humanos para los delitos y conseguía líneas de teléfono), Lucas Martín Rigoni (conseguía armas y vehículos y ejecutó hechos violentos), Mauricio Tomás Stefano (logística, alojamiento, armas y vehículos, también ejecutó hechos violentos);
- Tres integrantes eran menores de edad al menos, al momento de sus delitos: Kevin C., (de larga trayectoria delictiva), Tomás Julián L. (alias “Toma Jugo”) y Iván Laureano A. Todos cometieron actos violentos.
- Ezequiel David López y Yanel Rocío Acuña señalaban a las víctimas para que los ejecutores las individualizaran. Naiara Sofía C., otra menor de edad, tenía el mismo rol de “entregadora”.
- Carina Soledad Castillo, ex pareja de Evelio Horacio Ramallo, resguardaba los objetos a la organización y obrando como nexo con Evelio Horacio Ramallo. Otra de sus exparejas, Florencia Silvana Ocampo, también guardaba los objetos y podía conducir los autos de la organización.
- Agustina Anabel Irazoqui, ocupó el rol de miembro, realizando tareas de logística, al proveer de recursos materiales -vehículos y armas- a los ejecutores, como así también ejecutando hechos violentos en favor de la asociación;
- Diego Benjamín Abrón, Alejandra Lorena María Lang y Camila Soledad Yribas resguardaban objetos a la asociación, administraban el dinero y adquirían bienes de manera lícita disimulando el origen ilícito de los fondos utilizados a tal fin.
- Finalmente, Ileana Morena Rodríguez, guardaba las armas y le daba apoyo a los ejecutores de los hechos violentos.
Los delitos por lo que los acusaron
- El 1 de agosto del 2021, “Yiyo” organizó un ataque a una persona en particular (una mujer), en calle Cerdán al 1600. Pero la orden abarcaba a cualquier persona de su familia. Una persona, aún no identificada, le disparó 10 veces a Jonatan C. No lo mataron, pero pudieron hacerlo.
- El 3 de agosto, le pagó a tres menores (no identificados) para que dieran muerte a Rudy Leonel Gonzalez. Los siecarios se movilizaron en una EcoSports, que le propició la asociación ilícita. Dejaron la camioneta cerca de la casa en donde después se cometió el asesinato. Fueron caminando: le preguntaron donde estaba. Le dieron muerte, de cinco balazos al pecho, a corta distancia, en un pasillo. Buscaron el auto y se fueron.
- El 23 de octubre, otros dos menores (identificados) buscaron a Ezequiel R. para matarlo. El lugar era conocido por la banda: estaba a metros donde cayera Rudy. La Bersa no cumplió con su función: se trabó y no pudieron cumplir con la misión.
- El 21 de diciembre, también ordenado por Ramallo, dos personas (aún no identificadas) dieron muerte a Miguel Ángel Mendoza y a Marcelo Ariel Sanchez, con un 38. La moto Honda en la que iban los asesinos, se les puso a la par y quien iba de acompañante terminó con la vida de ambos.
- El 3 de febrero, Kevin C., Ezequiel y otras tres personas no identificadas, recibieron la orden de matar a Ezequiel Javier G. Para ello, López simuló una visita en el barrio Los Nogales. Pero sólo sirvió para individualizar a la víctima. Los atacantes bajaron del auto y fueron primero hacia su hijastro. A G. le dispararon primero en las piernas. Kevin C. se le acercó para ultimarlo. G. se encorvó y evitó el disparo que iba a su cráneo.
- El 5 de febrero, Ramallo mandó a amenazar a una mujer. “Decile a tu hijo que cambie la declaración porque te vamos a matar a vos también”, le dijo un hombre desde una moto, en 3 de febrero y Pellegrini, en el corazón del barrio 9 de Julio. En la madrugada del día siguiente, personas no identificadas, dispararon 5 veces sobre una vivienda en donde estaba reunida la familia al grito de “Cambien la declaración”. Quienes estaban dentro de la vivienda, se debieron tirar al piso para sobrevivir. Lo hicieron hasta que llegó la policía.
- Horas después, el 6 de febrero, Ramallo mandó a matar a Pedro Damián G. El hecho ocurrió en calle Córdoba al 200. A las 3.15, lo encontraron y le dispararon entre 4 y 6 veces. Dos alcanzaron el objetivo (hombro y zona lumbar), pero no le dieron muerte.
- En este delito, todo había a mediados de diciembre. Pero aquí, el modus operandi comienza a cambiar. Ramallo se había comunicado con la víctima (a la que conocían por su segundo nombre) y le había que venda droga para él. Caso contrario, mataría a toda su familia. El 9 de febrero, llegó la orden de asesinato. Otra vez, en Bella Italia. Esa noche, una moto llegó a una vivienda y preguntó por alguien a quienes se estaban acercando a esa casa. El conductor del birrodado preguntó si ahí vivía quien debía morir. Le dijeron que sí. El sicario retrocedió unos pasos y disparó sobre quien le contestó. Salvó su vida de milagro. Días más tarde, Ramallo se comunicó con quien fue apuntado como su víctima, para amedrentarlo. “Te salvaste por un ratito que te enganchen a vos, porque a vos todos los tiros te iban a pegar en la cara”. Les dijo que se vayan de esa casa y que si quería que abandonara la orden, debía entregarle las escrituras de las propiedades de la familia y dejar las casas abiertas.
- El 14 de febrero, Ramallo le pagó a dos personas para que obligaran a dejarle sus bienes: en este caso, una moto y un auto. Lo fueron a buscar a calle Gallassi al 1900. El atacante se bajó de la moto y pidió por la víctima. Su madre le dijo que no estaba. “Voy a matar a tu hijo”, dijo quien tenía la orden de agredir e intentó meterse en la casa. No pudo: le trabaron la puerta. No se quedó de brazos cruzados: disparó sobre la vivienda, para amedrentar a la víctima
- El 20 de febrero, llegó otra orden de asesinato. Uno de los detenidos y otro que aún no fue identificado, fueron a calle Carlos Gardel al 500, en una moto. Cerca de las 21, lo encontraron. Estaba acompañado. Entre los dos recibieron 5 impactos de bala. Se salvaron.
- En este caso, todo comenzó con unas amenazas de uno de los integrantes de la banda a una mujer. Fue a través de Instagram que le dijo que “iba a matar desde el más chico al mas grande”, en referencia a su familia. El propio Ramallo, por Whatsapp, le mandó mensajes intimidatorios. Después hizo lo mismo por Messenger. El 23 de febrero, fueron a buscar al trabajo a alguien del mismo apellido de la mujer amenazada. Todavía no se sabe quienes fueron, pero tiraron entre 15 y 20 disparos al verlo en calle Gardel al 1700.