El proyecto Seda, integrado por las “Mujeres de la Seda”, surge desde la Secretaría de Producción, Empleo e Innovación como un proyecto que busca trabajar la problemática del desempleo en las mujeres desde un modelo de negocio colectivo, asociativo, innovador y sustentable.
En tanto que la huerta agroecológica “SISU”, está conformada por un grupo de mujeres que están siendo acompañadas y capacitadas por profesionales, en el marco de un proyecto con abordaje económico, social, ambiental y con perspectiva de género.
Con el objetivo de contar la experiencia y el trabajo en este proyecto, las “Mujeres de la Seda” y de la huerta “SISU”, junto a otras dos organizaciones, fueron invitadas a exponer en una clase de la Maestría de Desarrollo Territorial de la Universidad Tecnológica Nacional-Facultad Regional Rafaela.
La invitación a exponer
Al respecto, Josefina Parra, docente del Seminario de Género y Desarrollo Territorial, contó: “En este Seminario, junto con mi compañera docente, Lucía Rojo, lo que intentamos es pensar la perspectiva de género y el desarrollo territorial”.
“Por ese motivo, nos interesó conocer la voz de las y los distintos actores que están trabajando en el territorio diversas temáticas, ya sea desde la dimensión económica, social o política. Así es que armamos un panel de experiencias y nos visitaron la Asociación Tiza y Karbón, Revuelo Disidencia, las Mujeres de la Seda y la huerta agroecológica SISU”; contó Josefina.
“Como mencioné, nos interesó escuchar qué se puede aportar desde la perspectiva de género al desarrollo y a nuestro territorio específicamente. Creemos que es importante dar a conocer sus voces y los saberes que hay en el territorio y que tienen que entrar en diálogo con otros saberes, como los de la academia”; cerró.
La experiencia de Mujeres de la Seda
Seguidamente, Vanesa Giailevra, coordinadora de Mujeres de la Seda, expresó: “En mi experiencia como acompañante desde la Secretaría de Producción, Empleo e Innovación, junto a las Mujeres de la Seda, fuimos invitadas por la Maestría de Desarrollo Territorial al panel de economía social, que en esta ocasión trabaja la perspectiva de género en las unidades productivas”.
“En el encuentro, dialogamos y les mostramos lo que hacemos diariamente, en sí, nuestra experiencia. Estamos contentas de poder compartir y cuáles son nuestras expectativas con respecto a nuestro trabajo”; sumó.
Sobre Mujeres de la Seda
Se trata de un emprendimiento que se puso en marcha hace un año por un grupo de mujeres tejedoras, bordadoras y artesanas. “Las Mujeres de la Seda en Rafaela lo que hacen es trabajar con fibras naturales, y con el proceso de debanado del filamento contínuo de la seda. Esto es empezar a obtener el hilo de seda que producen los gusanos con sus capullos”; continuó Vanesa.
“El equipo funciona en el DIAT, de lunes a viernes de 8:00 a 14:00. Las mujeres que integran el equipo están aprendiendo y también comenzando a producir hilo yapé, y a su vez, trabajan con productos decorativos como alfombras, almohadones, cubrecamas, entre otros”.
“Estas mujeres son tejedoras y cuentan con una gran mano para trabajar la seda. El objetivo es potenciar este emprendimiento asociativo, colaborativo y que sirva como sustento para la vida. Además, cabe resaltar que se encuentran en una transición entre lo formativo y productivo y han desarrollado una marca denominada Resham, con una línea de productos que próximamente estarán a la venta”; contó Vanesa.
“Estamos muy contentas y agradecidas con la Maestría de Desarrollo Territorial por invitarnos a compartir nuestra experiencia de trabajo”; cerró Giailevra.
La experiencia de la huerta agroecológica “SISU”
En tanto que, Marcia Molina, coordinadora de la huerta, contó: “Fue una experiencia enriquecedora, donde más allá del intercambio se pudieron conocer los diferentes espacios, sus metas y pensamientos”.
“Hubo una reflexión interna como el rol del Estado, además de que podemos seguir aportando para fortalecer internamente cada proceso”.
“Desde nuestro lugar se aportó el trabajo en equipo, el crecimiento de cada una de las mujeres que transita por la huerta y las aspiraciones a futuro. Por último, el poder seguir repensando nuestras prácticas diarias”; culminó.