Este viernes 25, a las 9:00 horas en la planta de Aguas Santafesinas SA -Bv. Yrigoyen y Marchini-, se realizará el acto oficial de inauguración del acueducto Desvío Arijón-Rafaela que presidirá el Gobernador Omar Perotti, junto al intendente Luis Castellanos y el presidente de Aguas Hugo Morzan.
Este será el punto final para una larga lucha de toda la ciudadanía: es que desde hace más de 20 años que Rafaela venía luchando por un nuevo acueducto, dado que el que se había inaugurado en 1981, en el marco del Centenario de la ciudad, había llegado a su capacidad máxima y limitaba el crecimiento de Rafaela.
En épocas de la privatizada Aguas Provinciales de Santa Fe, las posibilidades de una inversión de esta magnitud eran sencillamente impensadas. E incluso, con la recién estatizada ASSA, las cosas tampoco eran sencillas.
Con el gobernador Jorge Obeid se había tomado la decisión de que Santa Fe se endeudara en dólares para poder pagar el crédito necesario para concretar 3 grandes acueductos.
Con el arribo de Hermes Binner, la idea de endeudarse se mantuvo, pero el proyecto ejecutivo se modificó: se cayó la licitación que había realizado Obeid (más tarde, sospechada de que había estado hecha a medida de Odebrecht, la empresa brasileña cuestionada por el pago de sobornos) ya no serían 3, sino 8 los acueductos. El que llegaría a Rafaela saldría del río Coronda. Pero no estaría exento de polémica. Cuando se licitó, dos años después, salía el doble.
Es que para la reestructuración estuviera terminada, la obra estuvo detenida durante varios años. Ya no se harían en un solo tramo, sino por etapas. Después, mientras que el socialismo afirmaba que la obra había iniciado porque se había empezado con la planta potabilizadora en Desvío Arijón, el peronismo insistían en que no se había puesto un solo caño.
El hecho más cuestionable fue cuando, en una invitación realizada por el gobierno de Antonio Bonfatti, se llevó a la prensa de Rafaela a ver cómo se estaba realizando “la tirada de caños” a Rafaela. Sin embargo, todo fue una gran puesta en escena: nada se había hecho. Es más: se había tapado un cartel que indicaba que allí no se podían hacer perforaciones, puesto que había una planta de gas natural.
Con Miguel Lifschitz, la obra tomó impulso y comenzó a avanzar. Quizás no con la velocidad que se esperaba, pero se avanzaba. Y con la llegada de Omar Perotti a la gobernación, se termina. Incluso, en 2021, se mostraron los caños que se iban a colocar. Hoy, después de más de 20 años de gestiones, se da por concluida esta etapa.
Los detalles de la obra
El acueducto posee un muelle de toma sobre el río Coronda que impulsa el agua cruda hasta la planta en Desvío Arijón, a través de un acueducto casi 2.5 kilómetros de extensión.
La planta potabilizadora tiene en operación un módulo de tratamiento con una capacidad media diaria de producción de 50 millones de litros. También posee una estación de tratamiento de lodos para los barros que son extraídos durante el proceso para su recuperación y cuidado del ambiente. Asimismo, esta planta dispone de una laguna de estabilización de los líquidos remanentes del proceso.
Finalmente, se disponen de otras instalaciones para talleres, almacenamiento y dosificación de de insumos químicos, sala de cloración -equipada con dispositivo de neutralización de eventuales fugas- y laboratorio de control de calidad.
El segundo módulo ya fue construido y va a ser habilitado próximamente para el ramal Desvío Arijón-Rafaela, que sirve además a las localidades de Matilde, San Carlos Centro, San Carlos Sud, Santa Clara de Buenavista, Sa Pereira, San Mariano, Angélica, Rafaela y Susana.
Salto de calidad
La alimentación a la ciudad de Rafaela desde la planta de Desvío Arijón implicará un cambio notable en las características del agua potable de la ciudad, reduciendo niveles de salinidad y haciendo posible la incorporación al servicio en el futuro de otros sectores del ejido urbano.
En la ciudad de Rafaela el agua proveniente del acueducto se almacenará en una nueva reserva de 5 millones de litros, que se suman a la existente de 10 millones de litros.
Actualmente, Rafaela se abastece de agua potable a través de un sistema combinado: un acueducto de 60 kilómetros proveniente de Esperanza; y agua de perforaciones locales, potabilizada mediante el proceso de ósmosis inversa.
La llegada del Acueducto Desvío Arijón permite sacar de servicio la principal planta de ósmosis inversa de la ciudad, manteniendo con volúmenes reducidos el aporte del Acueducto Esperanza-Rafaela.