El primer aspecto a tener en cuenta, a diferencia de otro tipos de estafas, es que la persona hackeada no es la que resulta damnificada económicamente, sino que se usa su identidad, es decir su cuenta de WhatsApp, número telefónico y foto de perfil, para estafar a sus contactos.
Simulando ser el titular de la línea, el estafador pide dinero y ofrece negocios por precios muy convenientes, logrando que los amigos o conocidos depositen dinero, principalmente en cuentas bancarias a través de CBU o del CVU.
Quienes están detrás del engaño necesitan la participación de la víctima para poder apoderarse de su cuenta y lo hacen solicitando un código mediante el cual pueden ingresar a la cuenta a través de otro teléfono. Por esto, es importante no enviar estos códigos de activación a ningún contacto.
El mecanismo incluye la desaparición de la aplicación en el teléfono afectado y, cuando el usuario pretende instalar nuevamente la aplicación y darle uso, el “hackeador” consigue que el usuario le transfiera el código de activación de la cuenta, que le permite instalarla en un nuevo dispositivo.
Cómo prevenir el hackeo
La forma más eficaz para evitar caer en el engaño es activar la verificación en dos pasos de la cuenta de WhatsApp. Mediante la misma, además del código de activación, el estafador deberá conocer el código PIN de seis dígitos, del usuario, sin el cual no puede acceder a la cuenta.
La función se activa desde la configuración de la aplicación de WhatsApp en la parte superior derecha (tres puntos), ingresando a la opción “ajustes”. A continuación, se debe ingresar a ”cuenta” y finalmente “verificación en dos pasos”.
En ese punto, se va a solicitar que se ingrese un código PIN de seis dígitos y un correo electrónico para recuperar la cuenta. Es muy importante no compartir el código PIN con ningún contacto.