El Hospital "Dr. Jaime Ferré" de Rafaela está "estresado". Así lo admiten los funcionarios vinculados al área de salud. Pero... ¿cómo se vive desde dentro? Carolina Zapata, enfermera de la terapia intensiva del efector público y representante del Colegio de Enfermería de la Provincia, brindó su testimonio. Y dio un claro panorama del estado de situación del lugar en donde están puestos todos los ojos y las esperanzas de los rafaelinos.
"Ha aumentado tanto el trabajo como la complejidad del mismo. Lo dificil de trabajar en pandemia es que, previo a ella, había deficiencias. Y con esto, se notan aún más. La complejidad de los pacientes y la demanda se agravaron. Es bastante dificil reacomodarse", dijo.
"Por suerte, tomaron más enfermeros. Sin experiencia, pero que son muy bienvenidos, porque tienen ganas de trabajar y formarse", indicó y agregó: "trabajar en la terapia lleva su tiempo. Pero gran parte del problema está solucionado cuando tenemos buena voluntad y amor por el prójimo".
¿Cómo es el día a día? "A cada uno nos afectó de diferente manera. Todos tenemos personas de riesgo en nuestras familias: mayores, enfermos. Es inevitable que nos afecte. La demanda fue de golpe. Hubo que reacomodarse desde cero: armar nuevos servir, pedir más elementos para trabajar. Hay colegas que se les dificultó mucho, porque se especializaron en neo durante muchos años, excelentes profesionales y de golpe tienen que pasar a atender a adultos. Ese gran cambio no se tuvo en cuenta. Se hace, está la mejor predisposición. Pero el cambio no es tan fácil", relató.
"Hubo situaciones de angustia, de llanto, de stress, de desborde... Debido a esto, el Colegio le proporciona a los colegas ayuda psicológica. Se los provee con un celular en donde se puede hacer videollamadas. somos humanos y tenemos días con mucha energía y otros menos. Más aún, cuando la evolución del paciente no es la que esperamos. A veces, no es suficiente nuestro esfuerzo", destacó.
"Es una enfermedad que avasalla y destruye la persona en pocas horas. Es algo nunca visto. Tengo algunos años en esto y nunca vi tanto deterioro en pocas horas de una persona", describió. "Es tremendo. No me quiero imaginar, o trato, al menos, lo que pasan los familiares, porque no les podemos decir todo lo que hacemos por sus enfermos. No siempre reciben en tiempo y en forma los informes médicos. Creo que ahí tenemos una falencia: tenemos que explicarle de forma sencilla qué está pasando con sus familiares. Por que nadie está exento de esto. En algunos casos, se van despiertos, hablando, con dificultad para respirar, y se los devuelven con un cajón. Es tremendo esto", indicó. .
"En cuanto al material para trabajar, se hace dificil contar con todos los elementos necesarios y distribuirlos de la mejor manera. Cuando se armó la comisión de emergencia para asistir en la pandemia, estuvieron invitados de distintos sectores, pero no se convocó a enfermería. Acá la pieza fundamenta es enfermería. Está las 24 horas, los 7 días de la semana. ¿Qué mejor que los enfermeros sepamos lo que el paciente, la familia y la comunidad necesita? ¿Quién que el enfermero para saber la calidad del material que necesita y con el que cuenta?", se preguntó.
"Previo a la pandemia, los planteles básicos de enfermerías no estaban cubiertos: las licencias no se podían extender porque no había quien reemplace. Si antes teníamos falencias, ahora, con la gran demanda con la pandemia, se notan aún más. Pero, en general, hay una buena predisposición para trabajar", comentó.
¿Qué decirle para que tomen conciencia? "Estas situaciones tan complejas sacan lo mejor y lo peor de la humanidad. Esto lo charlamos siempre con mis colegas. Les agradezco a mis compañeras de trabajo por el apoyo que recibo. Es dificil, porque hay personas que no dimensionan la gravedad de la situación. Es cierto que a los jóvenes le afecta en menor medidas. Pero tienen que pensar en sus madres, padres, abuelos... que a ellos sí los afecta. Que en pocas horas se pueden morir. El lavado de manos... un trapito húmedo en la entrada de la casa, entrar por el garage, para no afectar a los mayores. A ellos no, pero a un familiar o a un vecino, sí. Por favor, pensemos en el prójimo. ", completó.