Después de inaugurar la represa Baixo Iguaçu, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro redoblará la apuesta energética: vendrá a la Argentina para firmar un acuerdo con Mauricio Macri para reactivar la construcción de la represa Garabí-Panambí, frenada hasta ahora por las trabas ambientales.
En la previa a la visita del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a la Argentina, representantes técnicos de ambos países ultiman los detalles de tres acuerdos energéticos, que procuran firmar el 6 de junio, cuando el presidente Mauricio Macri reciba a su par en Buenos Aires.
Según consigna el diario El Cronista habrá dos memorándums: uno sobre bioenergías y el otro sobre integración energética, en el que los acuerdos son más trabajados.
El tercer documento es para retomar el estudio de factibilidad sobre la construcción de las represas hidroeléctricas Garabí y Panambí en el Río Uruguay.
Aunque es muy difícil de calcular, la suma de estos proyectos supera largamente los u$s 5000 millones en oportunidades de inversión y ventas de la energía.
El nuevo estudio de factibilidad sobre la construcción de las represas hidroeléctricas binacionales Garabí y Panambí (frente a las provincias argentinas de Corrientes y Misiones y al estado brasileño de Río Grande Do Sul) tiene como objetivo destrabar un proyecto que data de 1972. Por su fuerte impacto ambiental, el proyecto original de 4710 MW de potencia instalada fue modificado a otro de 2200 MW o 11.445 GWh por año, con 96.967 hectáreas de embalse, que fue interrumpido en 2015.
Un nuevo estudio podría ajustar estos números y pasar las etapas de aprobación para su construcción.
Las inversiones para la construcción llegarían a los u$s 5100 millones y se instalarían 15 turbinas Kaplan, que podrían ser diseñadas en ambos países.
La agenda está impulsada por las autoridades brasileñas. La Secretaría de Energía no dio información, pese a que el conductor de esa cartera, Gustavo Lopetegui, blanqueó la semana pasada en la Embajada de Brasil la intención de arribar a un acuerdo.
Las reuniones tienen un buen grado de avance, pero quienes participan aún no están seguros de llegar a tiempo para que los documentos estén listos dentro de apenas dos semanas.