“En noviembre, cueste lo que cueste, en noviembre tenemos que ganar…”. Empleados del ministerio de Economía, muchos de ellos enrolados en UPCN y ATE, recibieron eufóricos a Sergio Massa cuando, cerca de las 14hs, entró con una combi al patio del edificio ubicado frente a la Casa Rosada. “Massa, presidente, Massa, presidente”, le cantaron también. El candidato y ministro le dio la mano a muchos, se abrazó con algunos y los arengó a “seguir defendiendo al Estado como lo vinimos haciendo”. De inmediato fue al 4° piso para encarar el día primer día en la carrera hacia el balotaje del 19 de noviembre.
La primera actividad oficial de Sergio Massa fue conversar con los medios extranjeros, muy interesados en hablar con el candidato que ganó con autoridad la primera vuelta con 37 puntos, pero que a la vez es el ministro de Economía de un país que dobló la inflación en el último año.
“Lo que el mundo espera de la Argentina es equilibrio, racionalidad y previsibilidad”, les dijo Massa.
“Elegí que mi primera conferencia de prensa después de la elección fuera con corresponsales extranjeros porque nos permite contar lo que viene en términos de Argentina de cara al mundo, contar nuestra mirada en términos de multilateralismo y cuáles van a ser los caminos a recorrer a partir del 10 de diciembre”, se presentó Massa. Después explicó los beneficios del swap con China y defendió las relaciones con el gigante asiático. Una clara réplica a la posición de Javier Milei de romper con China si es electo presidente.
Sobre las elecciones destacó el apoyo del voto femenino: “Sacamos casi el 45 por ciento entre las mujeres”. Aprovechó para volver a contrastar con Milei: “Esto refleja que esas madres que están preocupadas por el futuro de sus hijos y no quieren vivir en una sociedad donde la venta de órganos o la libre portación de armas sean parte del sistema de valores”. Se diferenció de nuevo de su contendiente libertario cuando ratificó que hará las gestiones para que el Papa Francisco visite Argentina en 2024.
Las medidas que vienen en Economía
Massa anunció en la conferencia sus primeras medidas como ministro después de las elecciones: un nuevo dólar para todas las exportaciones por los próximos 30 días; dijo que quiere un presupuesto con superávit para el año que viene. Vaticinó crecimiento de la economía. Calificó de “inflacionario al acuerdo con el FMI” (tal como sostiene Cristina Kirchner).
El candidato insistió con la idea que lanzó la misma noche en que quedó tercero en las PASO y la reiteró el domingo en el búnker victorioso de UP: la promesa de ir hacia un gobierno de unidad nacional. “Me parece un error plantear que la etapa que viene sea vinculada solo al peronismo”, dijo, buscando posicionarse en el centro. “Voy a convocar a los mejores de las distintas fuerzas políticas, sin importar su procedencia, porque creo que tenemos que construir políticas de Estado”, ratificó.
“Ahora se trata de ampliar más y más”, comentan en la coalición oficialista. “Tenemos que construir una nueva mayoría”, había dicho también Massa tras la derrota en las PASO.
En el discurso del domingo a la noche, solo en el escenario como evidencia de su centralidad política en UP, explicitó adónde apunta: les habló a quienes votaron “a Myriam” y “a Juan”. “Quiero hablarles a esos miles y miles de radicales que comparten con nosotros valores democráticos como la educación pública, la independencia de poderes. Pero también quiero hablarles a quienes eligieron otra opción pensando en una Argentina en paz”, completó Massa la lista de invitados.
Todavía no hubo pronunciamientos de radicales con peso dirigencial, aunque para muchos fue todo un signo de los tiempos que se vienen la ausencia de Gerardo Morales, titular de la UCR nacional, en el comando de campaña de Juntos por el Cambio.
El diputado nacional Miguel Bazze, alguna vez muy cercano a Ricardo Alfonsín, ya avisó que como radical le “va a ser imposible votar” a Milei. Lo mismo dijo el histórico radical porteño Facundo Suárez Lastra. Ya lo había anticipado previo a las elecciones el también diputado Emiliano Yacobitti, un dirigente muy cercano a Martín Lousteau. El presidente de la JR porteña, Agustín Rombolá, adelantó que no irán con los libertarios. Javier Milei, además, parece haberle servido en bandeja a UP el voto de los radicales alfonsinistas: “Los que traicionaron a Bullrich fueron los radicales”, dijo el domingo a la noche.
“Ya hay conversaciones con muchos peronistas cordobeses”, comentaba a este medio un dirigente massista. La “ampliación cordobesa” es todo un desafío. Massa, en su buena elección nacional, tuvo en Córdoba los peores registros.
El diputado nacional Alejandro “Topo” Rodríguez, como peronista bonaerense, acompañó a Schiaretti. Tras felicitar a Massa dijo que acuerda con “su convocatoria a un gobierno de unión nacional y su apelación a la paz”.
Natalia De la Sota integra el interbloque federal con Rodríguez y también valoró la propuesta de unidad nacional “para terminar con esta Argentina agrietada”, dijo.
“Schiaretti no se arrogará un derecho que no tiene. Cada uno votará al candidato que considere, es un derecho del ciudadano. ¿Los deja en libertad de acción? ¿Cómo los va a dejar en libertad, si nunca los tuvo atados?”, comentaban desde el schiarettismo.
El gobernador electo de Río Negro, Alberto Weretilnek, no integra UP pero dejó en claro que apoya Massa, igual que “Rolo” Figueroa, el nuevo gobernador de Neuquén.