El 20 de diciembre de 2001 se desató una de las crisis políticas y económicas más importantes de la historia moderna de Argentina. Con la renuncia de Fernando de la Rúa, llevó a un estallido social y a una serie de sucesos que llevaron a tener cinco presidentes en apenas 11 días.
El colapso que llevó a la dimisión de De la Rúa como presidente de la nación, hizo que rápidamente se realice una revisión de la institucionalidad del país y que involucró a una serie de cambios de mandato en poco menos de dos semanas. La represión por parte de la policía y un clima de furia por parte de los manifestantes fueron el puntapié final para que el líder de La Alianza decida dar un paso al costado.
La renuncia de De la Rúa y el estallido social
El estallido social llevó a una serie de hechos, como los saqueos a comercios, que derivaron en el decreto del Estado de sitio por parte del presidente de ese momento. Allí, sumándose la represión por parte de la policía federal hizo que 39 personas perdieran la vida.
En medio del caos y la violencia, De la Rúa presentó la renuncia y comenzó el operativo para sacarlo de la Casa Rosada. Finalmente, el presidente abandonó el gobierno yéndose en helicóptero, una imagen que se convirtió en un símbolo.
La asunción de Ramón Puerta como mandatario
El 21 de diciembre, una vez que se concretó la salida de De la Rúa y derogó el Estado de sitio, asumió como presidente Ramón Puerta quien estaba como titular provisional del Senado. Integrante del PJ, estuvo a cargo del gobierno hasta el 22 de diciembre, donde nombró a nuevos integrantes para el Gabinete nacional.
Puerta cumplió con lo que establece el artículo 2 de la Ley 20.972, que indica que se debe convocar dentro de 48 horas a la Asamblea Legislativa, en donde se desempeñaba como mayoría el Partido Justicialista, para ver quién debería desempeñar la presidencia hasta que se elija un nuevo jefe de Estado.
La elección de Adolfo Rodríguez Saá para ser el presidente
Finalmente, la Asamblea Legislativa eligió a Rodríguez Saá para que se desempeñe como mandatario el 23 de diciembre de 2001. El, hasta entonces, gobernador de San Luis obtuvo 169 votos a favor y 138 en contra. En ese marco, prestó juramento hasta el 5 de abril de 2002 y llamó a elecciones para el 3 de marzo.
Durante su discurso de apertura, con la intensión de clamar las aguas por parte de las protestas sociales, prometió un millón de puestos de trabajo, un seguro de desempleo y anunció el default con el cese de pagos de la deuda externa.
Sin embargo, el 28 de diciembre se produjo otra protesta masiva. Trabajadores del Tren Sarmiento se unieron con varios usuarios y produjeron destrozos e incendios en la estación de Once. Además, durante el mediodía, cientos de personas se juntaron en Tribunales para exigir la renuncia de la Corte Suprema por rechazar el amparo de un ahorrista perjudicado por el “corralito”. En horas de la noche, hubo una masiva protesta en la Plaza de Mayo que terminó con un grupo intentando forzar las puertas de la Casa de Gobierno y se desató la represión.
Ya para el 29 de diciembre el gabinete puso a disposición su renuncia y Rodríguez Saá convocó a una reunión en Chapadmalal, a la que asistieron tan solo seis gobernadores. Escondido en una camioneta llegó al aeropuerto de Mar del Plata para ir a San Luis, donde anunció su renuncia.
Eduardo Camaño asumió la responsabilidad
Luego de la renuncia de Rodríguez Saá, Puerta dimitió como presidente provisional del Senado, por lo que la jefatura de Estado recayó sobre el siguiente en la línea que era el presidente de la Cámara de Diputados, también integrante del PJ, Eduardo Óscar Camaño. Asumió por abandono el 30 de diciembre y por derecho el 31, cuando formalizó el trámite de asunción.
Camaño convocó nuevamente a la Asamblea Legislativa para decidir quiénes serán los nuevos integrantes del Gabinete. Allí se designó a Antonio Cafiero como jefe de gabinete para hacerse cargo de la situación.
El último presidente en una semana caótica para la Argentina
Finalmente, tras reunirse la Asamblea Legislativa el 1 de enero de 2002, se acordó que Eduardo Duhalde sea el nuevo presidente de la nación con 262 votos a favor, 21 en contra y 18 abstenciones.
Se hizo cargo de su mandato, que fue hasta mayo de 2003, cuando fue electo por votación popular Néstor Kirchner como nuevo mandatario.
En el discurso de apertura, Duhalde aseguró: “El que depositó dólares, recibirá dólares”. Una de las frases que quedaron marcadas a fuego en la historia de la Argentina moderna. Durante su mandato, liquidó la convertibilidad del peso y aplicó un ajuste fiscal demandado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Finalmente, flexibilizó el corralito financiero y lo terminó levantando.