Con dispar acatamiento, se cumplió el tercer paro general de la CGT contra el Gobierno

La central obrera calificó la medida de fuerza como un “éxito rotundo”. Para la Casa Rosada, fue “uno de los últimos coletazos de quienes viven de la extorsión y el apriete”.

Con dispar acatamiento, se cumplió el tercer paro general de la CGT contra el Gobierno
Estación retiro. Tercer Paro general convocado por la CGT. (Clarín)

Con un acatamiento dispar a nivel nacional, la CGT (Confederación General del Trabajo) realizó el tercer paro general contra el gobierno de Javier Milei. La central sindical felicitó a los trabajadores que adhirieron y calificó la medida de fuerza como un “éxito rotundo”, mientras que desde la Casa Rosada la calificaron como “uno de los últimos coletazos de quienes viven de la extorsión y el apriete”.

La huelga (que según cálculos del Gobierno, le costará al país 880 millones de dólares) comenzó el miércoles con un acompañamiento a la marcha de jubilados frente al Congreso Nacional, y continuó con un paro que se extendió durante todo el jueves y que contó con adhesión de las dos CTA (Central de Trabajadores Argentinos).

“Estas 36 horas fueron un éxito rotundo”, destacó Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la CGT, en conferencia de prensa en la sede de la central obrera junto a sus pares Carlos Acuña y Octavio Argüello (reemplazante de Pablo Moyano). “No puede existir una Argentina con precios libres y salarios pisados, porque no tiene sustentabilidad social”, advirtió Daer.

El cegetista felicitó a todos los trabajadores que pararon “para demostrar una vez más que el movimiento sindical lleva adelante una agenda clara y concreta para que se cambien las políticas de ingresos que está teniendo nuestro país, encargadas por el gobierno en presión hacia todos los sectores de la actividad económica”.

“Estas presiones llevan a la caída de los ingresos de los trabajadores y un ajuste profundo sobre las economías regionales, la obra pública y las provincias, pero la porción de ajuste más importante de estas medidas económicas se la llevan los jubilados y pensionados”, lamentó Daer.

Rechazo del Gobierno

El Gobierno le restó legitimidad al paro desde Casa Rosada, donde Javier Milei encabezó una reunión de Gabinete ampliado. El vocero Manuel Adorni, presente en esa cumbre, calificó la medida de fuerza como “uno de los últimos coletazos de quienes viven de la extorsión y el apriete”.

“Este es el paro de la casta sindical kirchnerista de los Moyano, que por tercera vez dejan sin trabajar a millones de argentinos”, denunció Adorni, y agregó que los sindicalistas “dejan al trabajador sin tren ni subte mientas ellos se mueven en autos importados”, y además “hablan de justicia social y viven en los barrios privados más caros”.

A través de su canal de difusión, el vocero presidencial denunció que los sindicalistas “están atrincherados en el poder político-sindical, enquistados en el nido de la casta”, y agregó que “el avance de la libertad implica el fin de sus negocios y, como los animales salvajes cuando están acorralados, contraatacan para sobrevivir”.

Adorni sostuvo que “es un paro que persigue intereses políticos y nada tiene que ver con los trabajadores”, e intentó refutar el reclamo al afirmar que “mientras el salario promedio de diciembre de 2023 fue de 300 dólares, el de enero de 2025 fue de 1.100 dólares”.

Asimismo, cuestionó que la CGT ya contabilice tres paros contra Milei mientras no realizó ninguno contra su antecesor Alberto Fernández. “Eligieron no parar cuando había un presidente que acumulaba 1.020% de inflación en su gestión y sumergía al 57% de los argentinos a la pobreza, pero sí lo hacen contra el presidente que pulverizó la inflación y que sacó a 10 millones de argentinos de la pobreza”, enfatizó.

En las pantallas y altoparlantes de las estaciones de trenes como Constitución y Retiro, el Gobierno difundió un fuerte mensaje contra el paro: “Ataque a la República. La casta sindical atenta contra millones de argentinos que quieren trabajar. Si te extorsionan o te obligan a parar, denunciá al 134”. La línea había sido creada para recolectar denuncias de beneficiarios de planes sociales obligados a movilizarse por dirigentes piqueteros y punteros políticos.

Daer rechazó la acusación de “casta”. “En Argentina somos todos iguales ante la ley. Donde sí hay división es entre oligarquía y trabajadores”, retrucó. A su vez, trabajadores de la línea Roca respondieron con otro mensaje en las pantallas del interior de las formaciones: “Adorni, esto no es Star Wars, ponéte a laburar”.

“Ya que utilizás los carteles informativos del ferrocarril para criminalizar un paro, los trabajadores te dejamos un mensaje muy cómico acorde a vos”, lanzó Sebastián Maturano, secretario gremial del sindicato La Fraternidad, que nuclea a maquinistas.

Impacto en CABA

En la Ciudad de Buenos Aires no hubo servicio de trenes metropolitanos, regionales y de larga distancia. Tampoco funcionaron las seis líneas de subte y el Premetro, por la adhesión de sindicatos ferroviarios y de los metrodelegados. Además, hubo escasa circulación de taxis y el transporte aéreo también se vio resentido con la cancelación de más de 250 vuelos por parte de Aerolíneas Argentinas.

Sin embargo, el impacto de la medida de fuerza se vio atenuado porque sí funcionaron las líneas de colectivos urbanos, bajo conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo contra la adhesión de la Unión Tranviarios Automotor (UTA).

En CABA abrieron normalmente comercios y locales gastronómicos, pero las reparticiones públicas estuvieron cerradas. No hubo atención al público en bancos (solo operaciones por homebanking y aplicaciones móviles) ni tampoco recolección de residuos (el servicio tenía previsto reanudarse a la medianoche, una vez finalizada la protesta gremial).

El Gobierno porteño mantuvo abiertas las escuelas públicas y ordenó descontar el día a los docentes que adhirieran al paro. Además, funcionaron con normalidad las guardias médicas y los servicios de internación de los hospitales públicos, y de emergencias del SAME.