La muerte del psiquiatra Rubén Zukerman, de 72 años, sacudió a la ciudad de Bahía Blanca y abrió una investigación judicial cargada de elementos inquietantes. En el centro de las sospechas se encuentra Claudia Alejandra Simón, la enfermera que lo cuidaba, quien además asegura haberse casado con él poco antes de su fallecimiento.
Sospechas y una denuncia familiar
La investigación se inició tras la denuncia de Natacha Zukerman, hija del psiquiatra, quien puso en duda la legalidad del matrimonio y alertó sobre conductas sospechosas de la cuidadora. El dato que disparó la alarma fue que Simón intentó cremar el cuerpo rápidamente, sin que hubiera un certificado de defunción con causa asentada. Esto llevó a la funeraria Bonacorsi a rechazar el servicio y notificar a la Justicia.
Tres pruebas que complican a la cuidadora
Hay tres elementos clave que elevan el nivel de sospecha sobre la enfermera:
- Denuncia previa por violencia: En 2023, Zukerman había denunciado a Simón por una agresión física, tras negarse a casarse con ella.
- Chats extraños con su hija: En los últimos meses, las respuestas de Rubén a los mensajes de Natacha se volvieron cada vez más cortantes y fuera de lo común. Incluso, se sospecha que algunos mensajes no habrían sido escritos por él.
- Firma dudosa en el acta de matrimonio: La abogada de la hija del psiquiatra, Laura Bentivegna, señaló que la firma en el certificado de casamiento no coincide con la habitual del médico, por lo que solicitaron una pericia caligráfica.
¿Muerte natural o algo más?
La fiscal Marina Lara, a cargo del caso, confirmó que la autopsia determinó que Zukerman murió por una insuficiencia cardiorrespiratoria, producto de múltiples enfermedades crónicas. No obstante, aún restan los resultados de los análisis toxicológicos, que podrían ser clave para descartar otras hipótesis.
Alarmas religiosas y antecedentes penales
Otro detalle que encendió las alertas fue que Simón quiso cremar el cuerpo en contra de los rituales del judaísmo, religión que practicaba el psiquiatra. Además, se sospecha que intentó excluir a la familia del proceso funerario.
A esto se suma que la enfermera ya tenía antecedentes penales: en el pasado fue condenada a 1 año y 8 meses de prisión por defraudaciones cometidas con tarjetas de crédito y débito que no le pertenecían.
