La ciudad bonaerense de Pehuajó atraviesa horas de profunda conmoción tras el hallazgo sin vida del reconocido médico Jorge Tejerina, de 79 años, en su casa ubicada en la calle Chassaing, entre Alem e Yrigoyen, pleno centro de la ciudad.
El hecho ocurrió durante la tarde del martes, cuando su hija, Karina Tejerina, ingresó a la vivienda y encontró el cuerpo de su padre. De inmediato dio aviso a las autoridades, quienes al llegar al lugar se toparon con una escena que sugiere un crimen violento. En el interior de la casa se encontró un hacha con manchas de sangre, que sería la presunta arma utilizada en el ataque.
Un crimen que sacude a la comunidad
Según confirmó el Diario Noticias de Pehuajó, la vivienda fue rápidamente acordonada por la policía, mientras peritos forenses trabajaron bajo la supervisión de la Fiscalía Descentralizada local. “La víctima presentaba una herida en el cuero cabelludo y en la escena se halló la presunta arma del crimen, un hacha”, indicaron fuentes del caso.
Los investigadores están recolectando huellas, rastros biológicos y otros indicios que puedan ayudar a reconstruir lo ocurrido. Hasta el momento, no se descarta ninguna hipótesis, y se analiza el entorno del médico, sus últimos movimientos y vínculos personales.
Un profesional muy querido
Jorge Tejerina era un médico muy conocido y querido en Pehuajó, donde ejerció por décadas y forjó una trayectoria respetada por colegas y pacientes. Su muerte repentina, y en circunstancias tan violentas, causó un fuerte impacto en la comunidad.
Las autoridades aún no han brindado declaraciones oficiales sobre posibles sospechosos, pero la causa, que por ahora está caratulada como “averiguación de causales de muerte”, podría cambiar de calificación en las próximas horas si se consolidan los elementos hallados en la escena.
Una investigación en desarrollo: por qué se piensa que fue el hijo
Por el momento, la Fiscalía no descarta la posibilidad de un homicidio agravado, aunque se maneja con extremo hermetismo para no entorpecer las tareas periciales.
El principal sospechoso es el hijo del médico, quien es un hombre de 45 años con Síndrome de Down y un diagnóstico de esquizofrenia.
Según publicó Infobae, su madre señaló a los investigadores que las manos de A.T.—según sus iniciales— estaban muy sucias, y a través de gestos y señas, relató que había mantenido una discusión con su padre.