Este jueves 13 de noviembre se estrenó la miniserie: “50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa” en Netflix y revivió el debate sobre uno de los crímenes más recordados en Argentina durante el último tiempo. El material audiovisual reconstruye el asesinato del joven de 18 años en Villa Gesell y suma declaraciones inéditas de los rugbiers condenados, que hoy continúan cumpliendo pena en cárceles bonaerenses.
Hay testimonios de la familia Báez Sosa, abogados y especialistas, pero uno de los momentos que más impacto causó fue la aparición de seis de los ocho condenados. Todos describen como pasan los días en prisión y qué recuerdos tienen de la madrugada del crimen.
Cómo se encuentran hoy los rugbiers en la cárcel
Máximo Thomsen, es apuntado como uno de los más responsables, condenado a prisión perpetua y relató que en sus primeros días detenido no quería recibir visitas y que sintió “vergüenza”. Además, admitió sobre el consumo excesivo de alcohol durante las horas previas y la confusión de la noche del ataque.

Ciro Pertossi es otro de los que tuvo la pena máxima y sostuvo que “ya estaban condenados de antemano” y habló del impacto emocional en que causó en su familia. La situación le permitió “valorar la vida que tenía”, antes de quedar entre las rejas.

Luciano Pertossi también señaló que “se los juzgó por otro lado” durante el juicio y reflexionó sobre el sufrimiento de su familia. Además, subrayó que ahora “reza mucho” y que la vida en la cárcel lo hizo “madurar muy rápido”.

Enzo Comelli, también con perpetua, remarcó su arrepentimiento: “Estoy muy arrepentido de todo lo que pasó, 100%, y me voy a arrepentir siempre”. Sostuvo que nunca tuvo intención de causar la muerte de Fernando.

Sentenciado a 15 años de prisión, Blas Cinalli habló sobre su entorno familiar y la violencia. También aseguró que en su casa nunca recibió una educación agresiva y que la situación le genera “impotencia”.

Por último, Ayrton Viollaz fue el único que no apareció en cámara, pero dejó su testimonio en audio. Expresó que la madrugada del ataque fue un momento atravesado por el alcohol, la falta de conciencia y dijo tener esperanza sobre su futuro fuera de la cárcel.































