Este lunes se espera una jornada histórica para Dolores, es que se conocerá cuál será el veredicto para los ocho rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa. Sin embargo, la ciudad volverá a ser parte de un juicio histórico, como sucedió en enero del 2000 con el juicio por el juicio por el asesinato de José Luis Cabezas.
Nombres que se repiten de aquel juicio con el proceso que culminará el próximo lunes cuando, cerca del mediodía, cuando se de lectura del veredicto y la posible sentencia contra Máximo Thomsen, de 23; Luciano Pertossi, de 21; Ciro Pertossi, de 22; Lucas Pertossi, de 23; Ayrton Viollaz, de 23; Enzo Comelli, de 22; Matías Benicelli, de 23, y Blas Cinalli, de 21.
El juicio por el crimen de José Luis Cabezas y quiénes estuvieron en el proceso
Principio de siglo para la Argentina fue un escenario caótico por donde se lo mire, desde lo económico con una crisis que terminaría en el 2001 y una serie de problemáticas sociales que no paraban de escalar desde mediados de los 90s. En ese marco, quedó envuelto el caso de José Luis Cabezas.
El fotógrafo fue asesinado en el verano de 1997 cuando realizaba la cobertura en Pinamar para la revista Noticias. Su cuerpo fue encontrado cerca de General Madariaga, calcinado y con disparos en su cabeza, confirmando la ejecución después de asistir a una fiesta.
El gran apuntado por el crimen fue Alfredo Yabrán, un empresario entrerriano que fue dueño de OCA y tenía grandes vínculos con el presidente Carlos Menem. Sin embargo, nadie le conocía la cara hasta que Cabezas reveló una foto en la portada de la revista.
Cuando lo fueron a detener en una de sus estancias en Entre Ríos, el empresario se disparó con una escopeta antes de ser atrapado
Años más tarde, comenzó el juicio en Dolores que llevó a los policías involucrados en el crimen: Gustavo Prellezo, Miguel Retana, Sergio Camaratta, Aníbal Luna, Gregorio Ríos, José Luis Auge, Sergio Gustavo González, Horacio Anselmo Braga y Alberto Gómez.
La fiscal del caso, que lideró el equipo que pidió la condena, fue María Claudia Castro, quien hoy es la presidenta del Tribunal Criminal 1 de Dolores. En aquel momento pidió reclusión perpetua para todos los involucrados por el delito de “homicidio doblemente calificado por ser ejecutado con alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso ideal con privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia”.
Otro de los involucrados que se repite en la historia es el de Fernando Burlando, quien estuvo a cargo de la defensa del grupo “Los Horneros” que integraban Braga, González, Retana y Auge.
Qué pasó con los condenados por el crimen de José Luis Cabezas
Una de las grandes cuestiones que giran en torno al juicio a los rugbiers, es qué pasará si les dan la condena perpetua que pidieron desde la fiscalía como desde la defensa del particular damnificado. En la Argentina, el Código Penal establece que las penas máximas son de 35 años, aunque hay salidas por diferentes cuestiones como salud o buena conducta, que le permiten dar ciertos beneficios.
En el caso Cabezas, tres años después del juicio, el Tribunal de Casación bonaerense redujo las penas impuestas en la base de la ley de “2x1″, que computaba doble el tiempo en prisión que habían pasado los acusados previo a ser sentenciados.
En ese marco, “Los Horneros”, defendidos por Burlando, fueron beneficiados con la prisión domiciliaria. Sin embargo, en 2007, Braga y Auge violaron esta medida y fueron detenidos nuevamente, pese a que años después volverían a ser excarcelados.
Actualmente, Prellezo fue beneficiado con la prisión domiciliaria en 2010 por cuestiones de salud; Luna también fue liberado en septiembre de 2017; Ríos (seguridad de Yabrán) fue beneficiado con la prisión domiciliaria. Camaratta murió en 2015 después de luchar contra una enfermedad.
Qué pena podrían recibir los rugbiers del caso Fernando Báez Sosa
Si bien afrontan una pena de prisión perpetua, lo cierto es que no todos tienen la misma responsabilidad en el asesinato. El más complicado es Máximo Thomsen debido a que la Justicia probó que fue él quien le dio la patada mortal a Fernando. Pero el resto cumplió con otros roles.
De hecho, se los imputa por “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, que según el Código Penal recibirían la máxima pena prevista.