La Estancia, este miércoles, celebró un nuevo aniversario de la Institución. Es un Centro de Capacitación para la Mujer, ubicado en la ciudad de Pérez, que ofrece educación de calidad para profesionales de la industria de la hospitalidad. Además, en La Estancia, funciona el Club Cocineritas, para chicas de 8 a 11 años, y el Club Arcoiris, para chicas de 11 a 15 años. Ester Ríos, ex alumna, en diálogo con Vía Pérez, cuenta su experiencia.
Ester Ríos es ex-alumna de La Estancia. Oriunda de Ituzaingó, Corrientes. En el año 2005, cuando estaba terminando el colegio, llegó a sus manos un folleto de La Estancia. “Me puse en contacto con Fátima Llorente, que en ese momento era la directora y me dijo que viniera a Pérez para conocer el lugar y el programa de estudios. Me atraía mucho, pero dudaba porque era la primera vez que me separaría de mis padres y dejaría mi ciudad”, señaló. Sin embargo, Ester se animó porque los cursos que ofrecía La Estancia eran de corta duración -un año solamente- y estaban reconocidos por el Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe.
“Comencé en el 2006. Éramos 9 las que vivíamos como residentes por ser del Interior, pero después también venían a estudiar chicas de Pérez y Soldini. Por las tardes teníamos las clases y por las mañanas hacíamos las prácticas hoteleras, atendiendo a las personas que venían a El Casco, Casa de retiros y Convivencias”, explicó.
Ester cuenta que venir a Pérez fue una primera opción para salir de su ciudad y empezar a estudiar algo corto. La idea era comenzar algo, pero después estudiar otra cosa, “sin embargo La Estancia fue una apertura hacia un campo profesional increíble en la hotelería y gastronomía, algo tan tan rico y a la vez tan amplio. Me di cuenta que siempre se podía crecer, conocer y perfeccionarse más. Descubrí que podía vivir toda mi vida haciendo este trabajo, y vale la pena porque servir en esas áreas es una verdadera vocación de servicio a los demás”, dice orgullosa.
“Ahora valoro más La Estancia porque fue mi punto de partida”
“Durante todos éstos años, pude perfeccionarme en Buenos Aires, en Córdoba y hasta fui ir a Roma, donde tuve la posibilidad de trabajar con gente de muchos países. Allí hice cursos que tienen reconocimiento internacional, por ejemplo Europrof. Luego de siete años de vivir en Roma, volví a trabajar a La Estancia, y ahora lo valoro más porque fue mi punto de partida”, añade.