No sé si te diste cuenta, pero ya estás transitando el segundo mes del año.
Poco a poco el 2020 queda atrás.
Y esto no quiere decir que nada de todo lo que ocurrió se haya terminado o superado.
No. Solo es una muestra de que incluso en los tiempos más difíciles el tiempo pasa.
Y cuando te das cuenta van dos meses de un año nuevo.
De mirar para atrás, hace un año exactamente, tu vida era otra ¿no?
Personas que no están.
Rutinas que se modificaron.
Ya sean cambios mínimos o significativos.
Es alucinante pensar que un año pasa en un abrir y cerrar de ojos y aún así puede cambiarlo todo.
Mejor dicho, si en dos días puede ponerse el mundo patas para arriba, como no va a cambiar en 365.
Sí, es febrero de 2021.
Desde donde te escribo el sol brilla fuerte y alto.
El verano se siente en la piel.
Y contra todo pronóstico o expectativa, acá estás.
Luchando, soñando, aguantando.
El 2020 fue un año duro.
No voy a decir que te entiendo porque es difícil realmente entender lo que le ocurre a otro. Pero no dudes ni un minuto de mi compañía.
Puede que no estemos en el mismo barco, pero si en el mismo mar.
Y lo único que quiero pedirte es que, estés viviendo lo que estés viviendo, no te rindas.
Que aguantes un poco más.
Sé que estas cansado de escuchar esto.
Pero pensá que hace un tiempo el 2020 parecía jamás terminar.
Y hoy estás en el segundo mes del 2021.
Paciencia que a esto también lo vas a superar.
Es domingo.
Pensá en todo lo que ocurrió en el último tiempo.
En lo bueno y lo malo. Que la vida es eso.
Reflexioná sobre qué es lo que te mantuvo alerta y vivo.
Que en los tiempos difíciles eso es lo que se necesita de a ratos,
una razón para seguir luchando cuando todo parece perdido.
Pensá en tus amigos.
En tu familia.
En tu mascota.
En esa planta a la que le diste todo tu amor y cariño.
En el amor, que, vamos, ¿si no es para amar a qué viniste?
En tus sueños, que pueden no haberse cumplido hoy pero no significa que no vayan a hacerlo.
En tus proyectos que tal vez se pausaron, pero no deberías dejar por siempre suspendidos.
Que vamos, te repito: la vida es eso.
Seguir luchando por muy difícil que se ponga todo.
Porque siempre va a haber razones para no darse por vencido.
Y si no sabés donde buscar, fijate en eso último que pensás el domingo antes de quedarte dormido.
Puede que ahí esté lo que necesitás.
Y sino, simplemente pensá en lo que más amás.
Que el amor bien vale seguir luchando en este lío.
Buen domingo,