La propietaria, Marta Ander Egg, enfatizó que la decisión de mantener clausurado el predio se sostiene desde 2007 por razones vinculadas a la seguridad de los visitantes.
“Estoy haciendo todo lo que está a mi alcance para que la gente no vaya. Quiero disminuir riesgos y evitar accidentes”, expresó en diálogo con Elonce.
Un sitio con alto riesgo
La propietaria explicó que la cascada, ubicada en un predio privado perteneciente a su familia desde 1880, presenta peligros naturales que impiden una visita segura. El agua cae en una olla de 24 metros de profundidad y los bordes de la cascada son inestables, con riesgo de desmoronamiento.
“Es un lugar con mucho riesgo y no cuenta con ningún servicio para los visitantes. La falta de seguridad y el riesgo de accidentes fueron las principales razones que llevaron al cierre”, sostuvo.
Antecedentes de accidentes
Durante el tiempo en que el lugar estuvo abierto de manera irregular, se registraron episodios trágicos, incluyendo ahogamientos y accidentes graves. Marta Ander Egg subrayó que el sitio nunca contó con medidas de seguridad, bañeros ni personal de asistencia, lo que incrementaba los riesgos para quienes ingresaban.
Intentos de ingreso ilegal
En los últimos meses, un grupo de turistas intentó acceder al Salto de forma ilegal, motivando la intervención policial. “Tuve que llamar a la policía para que los desalojaran, porque incluso había una mujer que organizaba excursiones y cobraba por el acceso”, relató la propietaria.
Un proyecto pendiente
Si bien se han mantenido conversaciones con instituciones públicas en busca de alternativas de inversión, hasta el momento no se ha concretado ningún proyecto viable.
“El Salto Ander Egg seguirá cerrado hasta encontrar un proyecto seguro. Mientras tanto, mi responsabilidad es desalentar el ingreso y cuidar la integridad de las personas”, concluyó la dueña del lugar.