Ignacio Gómez se juntó a festejar Año Nuevo y su cumpleaños con amigos y familiares pero todo terminó mal. El joven de 28 años terminó con una fractura en la columna y tuvo que ser operado de urgenica.
"Habíamos alquilado una quinta para celebrar el Año Nuevo y el cumpleaños de Nacho, que es el 1° de enero. Después de las doce brindamos, hicimos un karaoke, soplamos las velas del cumpleaños y es ahí cuando deciden tirarlo a la pileta para festejar", cuenta Guilleromo, padre de Nacho, a Clarín.
Hasta ese momento todo era risa y alegría, pero todo cambió cuando "uno de los muchachos que lo llevaba tropezó, se cayeron al suelo y su rodilla golpeó con la cabeza de él haciéndole presión con el pecho y una flexión extrema del cuello".
Al alertar la situación, Guillermo se acerca a su hijo y escucha una frase desesperante: "Papá, no siento las piernas". "En la mirada ya noté temor y sentí al instante que no era una broma. La ambulancia llegó rápido, por suerte había poca gente en la calle y en la ruta, y el traslado al hospital se hizo a los pocos minutos", detalló.
La situación parecía ser sumamente delicada, hasta que luego de ser sometido a una cirugía el joven mostró una mejora: comenzó a mover las manos y las piernas.
"Nos volvió el alma al cuerpo y yo creo que todas las oraciones hicieron lo suyo también, sumado, naturalmente, al trabajo médico de los profesionales del hospital San Martín. Ahora pensamos en la rehabilitación", remarcó el padre. Esta evolución genera optimismo entre los médicos y familiares.