Hace ya un par de semanas se vio en las orillas del río Uruguay que había presencia de peces sin respirar. El hecho alertó a los vecinos y la Comisión Administradora del Río Uruguay revelaron que los animales habrían estado infectados por una bacteria.
Su comunicado comenzó: "los ejemplares muertos comprendieron diferentes especies (sábalo, boga, palometa, dientudo, surubí, vieja del agua, tararira, entre otras) y la cantidad de ejemplares observados por ambas Prefecturas como así también por denunciantes por sitio fue inferior a 50; por consiguiente la mortandad observada es considerada de baja magnitud".
Su observación continuó: "las Prefecturas, siguiendo los lineamientos del Procedimiento de actuación frente a episodios de mortandad de peces de CARU, relevaron los sitios por tierra y agua, recolectando ejemplares de sábalos y bogas, los cuales fueron remitidos para análisis ictiopatológicos al Instituto de Investigaciones Pesqueras de la Facultad de Veterinaria de la UdelaR (ROU)".
Y agregaron finalmente que los informes ictiopatológicos indicaron que "los ejemplares presentaron hemorragias cutáneas en diferentes zonas del cuerpo vinculadas a infecciones bacterianas oportunistas, así como la presencia de hongos y algunos parásitos cuya aparición es propia en peces con sistema inmune deprimido", detallaron.
Por lo tanto, "la mortandad de peces observada en el último mes se explicaría por el descenso brusco de las temperaturas durante los días del mes de agosto", por lo que habría provocado una inmunodepresión.