Rubén nació hace 60 años en Paraná y los médicos le dijeron a su madre que "nunca iba a caminar ni hablar" porque sufría de parálisis cerebral. Pero lejos de conformarse con el diagnóstico, lucharon a la par y hoy cuentan su hermosa historia.
Trinidad, toda una leona, nunca se dio por vencida y acompañó a su hijo en todo, potenciándolo a superar sus limites. Cuando le dieron el diagnóstico empezó la "lucha hermosa que más ha sido de él".
Los pronósticos no eran alentadores, la situación a veces la desbordaba y salía "llorando" de los consultorios, cuenta la mujer a ElOnce. Pese a lo que dijeron los profesionales, Rubén empezó a caminar a los 7 años y 7 meses.
Pero no fue nada fácil ya que en esa época no había centro de rehabilitación. La mujer contó que "sólo estaba el del Dr. Uranga padre, quien me enseñó masajes para que le realizara". Así fue como a la mañana iban a ver a los médicos y por la tarde ella le realizaba las rutinas en su casa.
En 2012, Trinidad sufrió un ACV y gracias al trabajo que realizó a la par con su hijo, pudo moverse a su modo por una cuadra y hablar de manera dificultosa para pedir ayuda. "Para mí es un pedazo de oro", dijo la mujer que al tercer día en Terapia Intensiva se enteró de todo lo que hizo su hijo por salvarla.
"Es una historia como para escribir un libro", dijo la mujer y recordó que a los cuatro años "le ataba los pies en el triciclo, que era de la hermana, y así fue fortaleciendo sus piernas. Hasta participó de una maratón".
Hoy en día, con 60 años, Rubén asiste al Centro Educativo Municipal de Integración (CEMI) y allí realiza deporte. "Los profesores son una maravilla, sus compañeros lo adoran y eso es lo que hace vivir a Rubén", dijo orgullosa su madre.