Durante la jornada de ayer en el barrio San Miguel de la localidad de Oberá, efectivos de la Comisaría Quinta debieron secuestrar dos parlantes y un amplificador debido a los ruidos molestos causados que fueron alertados por parte de los vecinos.
Al dirigirse al lugar, los efectivos divisaron a un grupo de jóvenes que al notar la presencia policial en el sitio, arrojaron piedras y emprendieron la huida.
Todo se inició con el llamado de los vecinos de dicho lugar, quienes solicitaron presencia policial debido a que un grupo de jóvenes se encontraba consumiendo alcohol y escuchando música a volumen mucho más allá del permitido por ordenanza municipal, ocasionando molestias a los pobladores del barrio.
A raíz de ello, patrullas de la comisaría Quinta se dirigieron al sitio y observaron a los sindicados, quienes reaccionaron de forma agresiva, arrojando piedras a los uniformados y dándose a la fuga. En la huida dejaron los parlantes y el amplificador en el sitio, los cuales fueron incautados y serán elevados al Tribunal de Faltas de Oberá.