Las fogatas de cubiertas que los manifestantes piqueteros incendiaron este martes en Oberá pudieron causar una tragedia.
Así lo explicó la arquitecta Marisa Vallejos, la mujer de 48 años que fue arrojada al suelo y golpeada por los manifestantes cuando intentó apagar el incendio.
Explicó que junto a su casa funciona un comercio de pintura, donde se almacenan solventes y otros productos inflamables, que explotarían al solo contacto de una chispa o de calor intenso.
"Acá hay responsables de lo que me pasó", dijo Vallejos en declaraciones a FM Imagínate. Ella salió con una manguera a sofocar el fuego de cinco cubiertas que ardían cerca de la pinturería, señaló.
"Siento impotencia por haber denunciado varias veces una situación de peligrosidad de incendios, porque vivo al lado de una pinturería, al lado de solventes. Es una bomba", dijo Vallejos.
La arquiecta reflexionó que no debió haber salido pero dijo que está cansada de que nadie inervenga ante las denuncias por el humo y los ruidos.
"A los manifestantes, los conozco de todos los días y varias veces hablé con ellos. Y reclaman legítimamente. ¿Pero quién nos cuida ante el peligro de un incendio generado por el fuego que encienden para protestar, frente a una pinturería y con el viento que hay?", señaló.