En 2008, la neuquina Alejandra Rodríguez Carrera se recibió como Profesora de Historia de la Universidad Nacional del Comahue. No obstante, el martes 7 del 2023 debió rectificar su título y recibió el nuevo en manos de la rectora con su actual identidad.
“Yo la cambié en 2015. Nunca pensé que tenía que rectificar mi diploma. Pero de repente me llegaban dos correos pidiéndome que lo haga. Entonces dije ´lo tengo que hacer’ y agradezco mucho a la Universidad del Comahue porque fue super rápido el trámite”, expresó en diálogo con LMNeuquén.
Para cuando hizo la transición, no existía la Ley de Género y su diploma quedó guardado en un rincón de su casa. Lo que nunca pensó es que años después iba a tener que desempolvar su título y presentarlo en el Ministerio de Mujeres y Diversidad, donde trabaja.
Esto se hizo para que la encuadren como planta permanente con la categoría de profesional. “Con mucha vergüenza presente mi título en el área de Recursos Humanos con otro nombre. La directora me lo aceptó pero me dijo que lo rectificara para que pudiese encuadrar con la categoría que me corresponde”, recordó.
Ahora bien, también tuvo que hacerlo ante el Consejo Provincial de Educación por la titularidad de unas horas como docente de Historia. Básicamente su título fue hecho de cero, con la fecha de egreso original, el nombre que la identifica y la firma de las autoridades actuales.
Tras 14 años, ahora Alejandra sí quiere mostrar su título
“En mi familia somos seis hermanos, y yo siempre fui Rodríguez Carrera. Siempre me representó tener el apellido de mi papá y el de mi mamá, las dos personas que más amo y me han acompañado. Toda mi vida fue así para todo el mundo. Cuando cambié mi género, dije ´voy a tener un solo nombre’. Mantuve mis dos apellidos y puse solo Alejandra”, contó la docente de 40 años.
Aquel martes, alrededor de las 10:0 horas, como si fuera otro acto de Colación, la rectora de la Universidad Nacional del Comahue, Beatriz Gentile le entregó su diploma actualizado. “Ahora sí lo puedo mostrar”, dijo orgullosa la neuquina durante el acto.
Se expresó emocionada no solo por lo que significaba, sino también porque se lo entregó la misma persona que se lo dio en 2009. Ahora probablemente sea encuadrado y exhibido en su casa o en la oficina del ministerio donde trabaja.
“No sé si soy la primera, la segunda o la tercera. Lo importante es que la UNCo tenga una apertura hacia el reconocimiento de todas las personas. Nadie quiere vivir una vida con una identidad que no asume como propia. Estoy muy agradecida y feliz”, cerró.