Después de casi un año volvieron las clases presenciales y se especulaba que podría haber un aumento de casos de coronavirus.
Anticipándose a esto fueron adquiridos unos test menos invasivos que los de aspirado nasofaríngeo que se les realizan a los adultos. “En un niño, en especial los más pequeñitos, es muy difícil tratar de tomar una muestra”, explicó a Los Andes Carlos Espul, coordinador del Sistema de Unidades Centinelas Covid-19.
En cuanto a la metodología, el especialista señaló que “en cada una de las narinas se introduce el mismo hisopo unos dos centímetros, se gira y con esa muestra se puede hacer el estudio”.
Los hisopos que se usan en adultos tienen una longitud aproximada de 15 centímetros, de los que 12 ingresan hasta la faringe, desde donde se toma la muestra.
Las pruebas en cuestión permiten tener el resultado en 15 minutos, lo que habilitaría a que, en caso de dar negativo, el curso que fue aislado en forma preventiva pueda retornar a sus actividades, al igual que las familias de los alumnos.
Más allá de esto, Espul aclaró: “Si el test da negativo pero hay síntomas, se puede tomar la decisión de hacer una PCR, pero en este caso se debe esperar 24 horas para tener el resultado”.
Disponibles para todos
Los kits están destinados principalmente a los niños que se encuentran en edad escolar, desde jardín hasta séptimo grado. A los que son más pequeños inclusive se les puede tomar una muestra con una sonda nasogástrica, que es más sencillo.
“El Gobierno de la provincia tomó el tema pandemia como de Salud Pública, por lo que todo es gratuito, sin importar si los niños tienen o no cobertura privada”, indicó el profesional consultado.
Por supuesto que los padres que tienen una prepaga u obra social pueden concurrir a su pediatra si detectan síntomas y, en caso de que éste lo considere necesario, llevar la ficha para realizarle la prueba en el sector público o en el privado. Es decir que tienen la posibilidad de elegir. En cambio, para quienes no, el Estado provincial garantiza el acceso.
Respecto a la cantidad de tests que adquirió la provincia, Espul manifestó que “en principio fueron unos 10.000, pero ya debemos estar en los 20.000”, aunque remarcó que “no es importante el número si no saber que hay la cantidad suficiente para hacer el abordaje”.
Las pruebas se están realizando en los mismos efectores en los que se hacen para los adultos. Es decir, en hospitales, clínicas y centros de salud.
Los niños pueden presentar síntomas como tos, fiebre o febrícula, diarrea y dificultad respiratoria. Es difícil que los pequeños refieran la pérdida del gusto y el olfato, aunque los tengan.
Ante el retorno a las aulas se esperan que vuelvan cuadros virales o bacteriales que desembocan en enfermedades respiratorias que son habituales, pero que en 2020 no se presentaron por el aislamiento. Más allá de ello, si el caso es sospechoso, se va a hisopar.
Fuente: Los Andes