Este año se cumplirá una década de la última vez que el radicalismo tuvo un candidato presidencial. Fue en octubre de 2011, con Ricardo Alfonsín, que curiosamente ahora es embajador de un gobierno peronista. El anterior candidato a presidente de la UCR fue Leopoldo Moreau, quien en 2003 sacó el 2,34% y hoy es no solo diputado del Frente de Todos sino un apasionado militante kirchnerista.
En el medio, en 2007, el radicalismo tuvo al actual gobernador de Jujuy y entonces senador nacional, Gerardo Morales, como candidato a vicepresidente en fórmula con el peronista Roberto Lavagna, y, en esa misma presidencial, a Julio Cobos en el binomio con Cristina Fernández de Kirchner, que resultó ganador.
En 2015 el senador por Mendoza Ernesto Sanz fue precandidato presidencial en las PASO que venció Mauricio Macri, de modo que la UCR no tuvo representantes en la elección general de octubre, y lo mismo ocurrió en 2019, cuando con el apoyo de la UCR el líder del PRO fue el candidato a renovar su mandato de Juntos por el Cambio (JPC), en fórmula con un peronista, el exsenador Miguel Ángel Pichetto.
Alfredo Cornejo cree que en 2023 el radicalismo debe tener su propio candidato a presidente de la Nación y anticipó que él mismo ya está armando equipos para llegar preparado a tal postulación.
“Yo creo que el radicalismo debe tener un candidato a presidente en 2023. Lo estamos construyendo con mayor protagonismo que el que tuvimos en los cuatro años de Cambiemos, cuando estuvimos en el Ejecutivo, con algunos ministros. Yo fui gobernador en ese período. Estuvimos un poco relegados, sin protagonismo claro. Hoy somos un actor protagónico de esta coalición, que se mantiene unida”, dijo Cornejo, en diálogo con el programa Gambito de Datos, de Radio Con Vos.
El vicepresidente de la Cámara de Diputados y el presidente del Comité Nacional de la UCR sostuvo que “el primer compromiso del radicalismo es mantener unido Juntos por el Cambio” y destacó que “es la primera vez, en el cuarto gobierno kirchnerista, que la oposición no está dividida”, lo cual, a su criterio, “no es poca cosa”.
“El hecho de que no estemos divididos permite equilibrio de poder, frenar algunos atropellos del kirchnerismo y alternancia. El solo hecho de que estemos unidos nos hace pensar que en 2023 podremos volver a tener la chance de gobernar la Argentina. Y dentro de JPC, por qué no, una chance para el radicalismo”, aseveró.
En carrera
Respecto de las aspiraciones dentro de la coalición, el exgobernador de Mendoza dijo que cada uno “tiene que hacer su papel cada uno de los líderes”: “Los gobernadores que tenemos, los presidentes de los bloques y quien les habla”.
Consultado sobre sus aspiraciones, Cornejo dijo que se están “discutiendo programas de gobierno”, “buscando alternativas y armando equipo”.
“Yo lo hice en Mendoza cuando fui gobernador. Y ese es el camino que hay que recorrer. Llegué preparado a gobernar Mendoza en su momento. Y ahora lo estoy tratando de hacer. Si me toca, quiero llegar preparado. Hoy creo que es incipiente definir eso. Pero si no soy yo, quiero estar para contribuir a que sea un hombre o una mujer de JPC y, si fuese posible, de radicalismo, para gobernar la Argentina”, definió.
Resaltó que el desafío es “mantener la unidad de JPC”, porque “éste es el lugar donde debe estar el radicalismo”, por lo que representa la coalición, “la libertad, la igualdad de oportunidades”.