Conocido como el “motivador del nudo vial”, Abel lleva 7 años alegrando las mañanas de los cientos de mendocinos que ingresan a la ciudad. Sus carteles con frases motivacionales son un clásico que destapan cientos de sonrisas. Ahora, Abel busca la ayuda de los mendocinos para viajar a España, donde fue invitado al Congreso internacional de consciencia contra la violencia.
Abel Trillini es un hombre de 45 años que todas las mañanas, antes de ir al trabajo, levanta un cartel en la zona más caótica de la Ciudad de Mendoza. Sus frases motivacionales inspiran la mañana de los cientos de mendocinos que atraviesan el nudo vial para ingresar a la ciudad.
El denomina a este trabajo “ser el cambio” que quiere para su país, esto es lo que lo impulsa hace tantos años a hacer lo que hace y lo que lo llevó a ser conocido hasta en España. Ahora el “motivador del Nudo vial” busca poder costear el viaje hasta ese país.
“La posibilidad de este viaje surge gracias a unas charlas TEDx que di hace tiempo. Una mujer de nacionalidad peruana, muy fanática mía, nos comenta el mal momento que viven muchas escuelas de España y necesitaban de mis charlas para poder concientizar sobre la vida. Es así que nace la posibilidad, si la sociedad mendocina me ayuda, de viajar al viejo continente”, expresó en una entrevista radial con Universidad.
Es por esto que Abel lanzó una campaña a través de las redes para juntar los fondos que le permitan llegar a Talavera de La Reina, Toledo, España, y representar así a Argentina en el segundo Congreso internacional de consciencia contra la violencia.
Quienes quieran colaborar, pueden hacerlo al alias charliechaplin o bien por CBU (0000003100033085901744).
Concientizar sobre la vida: La triste historia que lo llevó a levantar los carteles
La idea de hacer carteles para motivar a los conductores surgió luego de escuchar a su sobrino cantar una canción inspirada en su vida. Era el año 2016 cuando decidió realizar algo para cambiar a la sociedad.
Un día le comentó a su esposa que quería hacer algo para que la situación por la que estaba pasando el país fuera más fácil de llevar. Fue así como decidió ponerse su traje de bodas y salir a la calle. “Me dijo que él se quejaba mucho, pero no hacía nada para cambiar y que creía que eso podía ayudarlo a él a los que pasaban por allí”, comentó Susana Morán, la esposa del motivador.
“Esa mañana me desperté a las cinco y media de la mañana, me puse el traje, mi esposa me deseó suerte y salí. Cerca de las siete de la mañana comenzaron aparecer miles de autos y allí fue cuando comencé a notar las sonrisas de las personas después de leer mi cartel, estaba funcionando”, indicó.
“Elegí ese lugar para calmar un poco el caos y tratar de cambiarle el humor a las personas que pasan por ahí. Es un espacio donde suelen haber muchas caras largas y mi trabajo es cambiarlas”, comentó en un Podcast mendocino.
El mendocino compartió su historia en el marco de “Charlas TED x Paseo Alameda” en el 2018. En el audiovisual denominado “Empatía, signo de grandeza” el hombre cuenta como esta característica le salvó la vida y lo llevo a motivar gente en las calles.
Su historia de vida es dura. Nació y se crio en Mendoza. Su padre los abandonó de chico, a él, a su madre y hermana y contó que recién lo pudo perdonar cuando falleció a sus 16 años.
Fueron los años 80 cuando le tocó vivir una de las épocas más duras de su vida. Los ingresos económicos de la madre no alcanzaban para sustentar los gastos de la familia, entonces realizaba unas pequeñas rifas con los productos que tenían en su hogar. Cada semana, Abel, con tan solo 6 años, salía a ofrecer los números de la rifa por el vecindario.
Fue en ese momento que le tocó vivir un verdadero infierno. Un comerciante le compró una rifa, la invitó a pasar a su casa y lo violó. “Viví un infierno. Durante dos años, me violó nueve veces. Sufrí vejaciones de todo tipo”, contó.
“Cada vez que me violaba, me quería quitar la vida -dice-. A los dos días de la primera violación me tiré abajo de un auto”, expresó Abel, luego de contar que le llevo años poder decir lo que le pasó por qué en aquel momento estaba amenazado por su violador.
Desde ese entonces se volvió alcohólico “No quería vivir. Yo entiendo a los alcohólicos y drogadictos. A veces duele tanto estar vivo y querés que eso te deje de doler”, contó en una entrevista y además aclaró que pasó por momento muy oscuros en su vida, “intente matarme 9 veces”, confesó.
A sus 19 años conoció a su esposa con la que tuvo 3 hijas. Se mudó a EEUU donde tenía un trabajo estable, hasta que la desgracia tocó nuevamente su puerta. Haciendo un trabajo, Abel resbaló del techo y cayó tres pisos.
En 2012 volvió a la Argentina donde comenzó a trabajar de pintor. Desde ese entonces vive en Mendoza y desde el 2016 que este hombre pinta con sonrisas las mañanas mendocinas.