El fiscal de Homicidios, Fernando Guzzo, informó el juves en conferencia de prensa que el sábado ingresó al 911 un llamado al que una operaria no dio curso y cortó, en el que alertaban una situación de violencia de género en un domicilio de Maipú, en el que fue atacada Florencia Romano por Pablo Arancibia (33) y Micaela Méndez (27).
A las 18.58 del sábado (día que fue vista por última vez la adolescente) un vecino llamó al 911 porque escuchó gritos en un domicilio de Gutiérrez y supuso que se trataba de un caso de violencia de género. Pero, la operaria cortó pensando que “era una broma” y la llamada no tomó curso.
Por la hora y el lugar, todo parece indicar que los gritos de auxilio eran de Florencia y que este llamado podría haber sido clave para evitar el fatal desenlace. Así lo confirmó el propio fiscal: “Es probable que haya sido tomado como una broma”.
En horas de la mañana de este viernes identificaron a la operaria que atendió el llamado del vecino, a quien le abrieron un sumario administrativo. Además, la mujer policía fue pasada a pasiva, le retuvieron el arma reglamentaria y cobrará el 50% de su sueldo hasta que finalice la investigación. Inlcuso, la mujer podría ser exonerada de la Fuerza.
“Es muy posible que haya responsabilidad del personal policial”, dijo el titular de la Inspección General de Seguridad (IGS), Marcelo Puertas.
El responsable de la IGS también pidió que se investigue a los superiores de la uniformada, para determinar la cadena de responsabilidades.
Los investigadores tienen en su poder la grabación de la llamada que pudo evitar un femicidio, mientras que la operaria tendrá que prestar declaración en los próximos días para detallar qué pasó con la comunicación y por qué la desestimó.
