La "doble urna" abre una nueva polémica en el juego electoral mendocino. Implicaría que se vote en los próximos comicios candidatos a legisladores nacionales y postulantes a legisladores provinciales y concejales el mismo día, pero en urnas diferentes. Incluso, con sistemas distintos: una porción del electorado usaría el voto electrónico y el resto la tradicional boleta sábana de papel.
Todo está por verse, pero ninguna voz rechaza taxativamente la posibilidad. Menos, tratándose de radicales, quienes ya tienen experiencia en la doble urna.
Son prácticamente sus inventores. Ocurrió en 2005, durante la gobernación de Julio Cobos, cuando se reformó un artículo de la Constitución provincial para eliminar la indexación automática de los sueldos de los jueces en función de la inflación. En aquella oportunidad, hubo dos urnas, dos sobres y dos votos. Uno para los candidatos y otro para el "sí" y el "no" a la reforma.
Esa reforma ganó y es indudablemente el estímulo más importante para pensar en repetir la experiencia. Más en tiempos en que al Gobierno provincial, en términos electorales, parece convenirle tomar alguna distinta de la Nación.
La especulación se monta en algunos párrafos de la reforma electoral que trata la Legislatura, los cuales ha calificado de "intocables" el oficialismo, y en el profundo silencio del Poder Ejecutivo sobre las fechas de los próximos comicios.