Las víctimas de los abusos sexuales ocurridos en el Instituto Próvolo de Luján de Cuyo volvieron a declarar en la Justicia y revelaron que, bajo amenazas de los religiosos, los varones mayores eran obligados a corromper sexualmente a los más pequeños. Según los testimonios, si no hacían lo que les pedían "les iban a cortar el cuello" a ellos y a sus padres.
Las aberraciones ocurrían en los albergues, pero también durante el horario de clases, donde los religiosos retiraban a los niños sordos de las aulas con alguna excusa y cometían los ultrajes en el altillo -que se descubrió en la última inspección ocular- y también en los baños.
Frente al nuevo dato, dos testigos que ampliaron su declaración este miércoles, apuntaron a la complicidad de ex directivos de la institución y docentes, quienes no pudieron estar ajenos a los macabros manejos que ocurrían en el colegio religioso Antonio Próvolo.
"No entiendo cómo los chicos salían de clase y eran llevados por los abusadores a otro lugar para violarlos y los maestros no decían nada. Mi hijo llegaba muy mal a mi casa y mi hija también. Por muchos años vivieron esas atrocidades y recién ahora, después de diez años lo están pudiendo contar", señaló a El Sol, la madre de una de las víctimas que el miércoles amplió su declaración.