La abuela del recién nacido decidió seguir adelante con el embarazo y denunciar al padre, un chico de 17 años que habría huido del país.
La nena fue al hospital Scaravelli de Tunuyán para atenderse por otra causa y descubrieron que cursaba un embarazo de 18 semanas. Al ser producto de un delito sexual, ofrecieron a su madre que decidiera si quería o no interrumpirlo. La mujer decidió que su hija continuara con la gestación y ahora analizan si el bebé será o no dado en adopción.
La situación se encuadraba en uno de los casos de aborto no punible establecidos en el artículo 86 del Código Penal. La familia, sin embargo, llevó a la nena frecuentemente a los controles y el parto se produjo por cesárea. Tanto la mamá como el recién nacido están bien físicamente.
"Desde el momento en que se conoció el caso tomó intervención el Órgano Administrativo Local (OAL) de San Carlos, departamento de donde es la nena, y se los deriva al Programa Provincial de Maltrato Infantil (PPMI). Nuestros profesionales hicieron un abordaje integral de la familia y fundamentalmente corroboraron que el abuso no era intrafamiliar, sino que el presunto autor era menor de edad y por lo que supimos ya había salido del país, presumiblemente a Bolivia", sostuvo la funcionaria Analía Santi.
El padre del chico, de 17 años, era aparentemente un peón de la finca donde vive la víctima.
El organismo de la provincia encargado de velar por los menores ante situaciones de vulnerabilidad, trabaja con la familia para determinar si el bebé se queda con ellos o es dado en adopción. La directora de Promoción y Protección de niñez, Daniela Torres, informó que se está teniendo en cuenta cuál es la opinión de la nena madre.
