Alejandra Moreno, la víctima del Próvolo que falleció no murió por la prisión domiciliaria de la monja Kosaka Kumiko, según dijo su propia hermana de crianza, Lucila Hidalgo. "Alejandra nunca se enteró que la monja había salido de la cárcel", aseguró.
Hidalgo explicó que Moreno tenía un cuadro habitual de convulsiones que en este caso terminó en la muerte: "Voy a aclarar que ella no se suicidó, ella tenía convulsiones. Hacía más de un mes que no le daban, estaba bien. Le dio una convulsión y lamentablemente pasó lo que pasó".
Moreno dejó en este mundo un hijo de cuatro años. "Ella decía que el nene tenía papá, que era un chico que vivía en la casa de ella. Pero ella salió embarazada del Instituto Próvolo. Se quedó embarazada ahí", fue contundente la hermana. Sin embargo hasta el momento no se han realizado las pruebas que lo confirmen o desmientan.