La Justicia comenzó a moverse luego de la salvaje violación en manada que sufrió una joven francesa de 28 años en el departamento de Tunuyán. Ayer se imputó a 3 hombres, que están detenidos por el delito.
El hecho que estremeció al Valle de Uco primero y luego a toda la provincia, ocurrió el martes pasado al mediodía pero trascendió en las últimas horas con la detención de los tres sospechosos. Se trata de dos hermanos, de 17 y 25 años de edad, y de un amigo, cuyas identidades fueron resguardadas por los investigadores.
El adolescente fue capturado horas después del hecho en el loteo Dante, ubicado a unos 25 kilómetros de la ciudad de Tunuyán, en una zona de fincas cercanas a Tupungato llamada Algarrobo. Allí viven los hermanos detenidos en una precaria vivienda junto a su madre y dos menores.
Los dos restantes, que eran intensamente buscados, cayeron la madrugada de ayer a bordo de un auto. Efectivos de la Unidad Investigativa departamental y de la subcomisaría 65 los buscaban luego de que la víctima declarara.
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Vecinos de la zona, ganada por fincas y humildes casas de adobe, contaron a Los Andes que los imputados son conflictivos. Pesquisas de la zona añadieron que han sido denunciados por distintos hechos en varias oportunidades y que cuentan con antecedentes delictivos. Por eso para los pobladores del lugar no fue una sorpresa que cometieran algún delito aunque sí uno tan aberrante, que sacudió la calma rural de Algarrobo. Aseguran que estaban bajo los efectos del alcohol o drogas y que era común verlos merodeando en esas condiciones.
Ataque grupal
Fuentes vinculadas a la investigación señalaron que el hecho se produjo el mediodía del martes cuando la víctima, quien vive y trabaja en una granja que vende productos orgánicos, caminaba por la banquina Este del corredor productivo hacia el Sur.
Tres jóvenes lo hacían en el sentido contrario y por la banquina Oeste. Pero en un momento cruzaron la ruta y le murmuraron algo a lo que la joven no prestó atención. Ella siguió su camino pero unos 10 metros más adelante fue interceptada por los depravados.
De acuerdo a lo que se pudo reconstruir del relato de la víctima, los hombres la redujeron y se turnaron para violarla en el descampado. Luego la abandonaron y escaparon. La mujer, quien habla castellano a la perfección aunque con un típico acento y es la única oriunda de Francia en la zona, declaró luego en estado de shock, sin poder contener el llanto.
Según trascendió, la muchacha pudo reconocer a los agresores ya que vive en la misma zona, en otra humilde casita de adobe. Luego fue asistida por personal de Asistencia a Víctimas del Delito y sometida al kit de profilaxis previsto para casos de abusos.
Del campo al calabozo
El adolescente de 17 años -"el más bravo de los tres", según comentan en el pueblo- fue considerado por Javier Pascua, jefe de la Fiscalía de Tunuyán, como "uno de los autores materiales, que sería el principal ejecutor".
"Hemos protegido a la víctima de la mejor manera; tomamos todos los recaudos para darle la mejor seguridad a la mujer", agregó Pascua en declaraciones a la prensa del Valle de Uco.
Los tres detenidos fueron imputados la tarde de ayer por el fiscal que investiga el hecho, Facundo Garnica, por abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos o más personas, confirmaron fuentes judiciales.
Vecinos atacaron la casa de dos de los acusados
Enfurecidos, unos 150 vecinos de Algarrobo iniciaron el último jueves una protesta frente a la casa donde viven los dos hermanos imputados por el abuso a la joven francesa. Se congregaron desde las 19 y quemaron cubiertas en señal de protesta.
Pero la temperatura en los ánimos fue subiendo y algunos comenzaron a arrojar piedras contra la vivienda, ubicada en el cruce de Ruano y Lugones, en el loteo Dante.
Por eso, efectivos de la comisaría 20 de Tupungato tuvieron que llegar al lugar para calmar los ánimos. Así lograron desactivar la manifestación, cuando ya eran cerca de las 23.
La madre de los imputados y dos menores de edad debieron abandonar la casa, que hasta ayer a la tarde permanecía con custodia policial.
Por: Ignacio Zavala Tello
Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.
